El día 30 de Enero de 2011 celebramos en el centro de reunión de Moratinos el cumpleaños de Patrick, que como vecino nuestro ya cinco años, en unión de su mujer Rebekah, les gusta seguir las costumbres del pueblo.
Gran mérito ha tenido el comportamiento de esta singular pareja, que después de recorrer medio mundo ejerciendo su profesión, han venido a nuestro pequeño pueblo a disfrutar de la tranquilidad y descanso, que según ellos, han encontrado aquí.
Choca según nuestras costumbres el exquisito amor que tienen a los animales, a los que dispensan múltiples cuidados considerándolo como un hobby divertido, que les aleja del sentido práctico que para nosotros representan.
En el turno que hemos hecho varios vecinos abriendo en el verano la iglesia, para que puedan visitarla los peregrinos, me tocó el turno anterior a ellos y cuando les entregaba las llaves me ponían al tanto de las actividades que tenía.
Patrick, como buen aficionado a la pintura, tenía expuestos para secar sus cuadros en una habitación a la entrada, junto con los pinceles, botes de pintura y demás complementos del oficio.
Para dormir bien en las calurosas noches de verano tenían puesta una cama en el patio con un cierre de malla para evitar a los mosquitos.
Rebekah, aficionada a la astrología, tenía instalado un telescopio para contemplar el firmamento, tan limpio en nuestras noches de verano.
Viendo estas buenas costumbres me viene a la memoria cuán diferente era el uso que hacíamos en nuestra juventud de estos mismos elementos.
Nosotros también dormíamos al raso en la era para aprovechar el frescor de la noche acarreando la mies que con el calor del sol se desgranaba en la trilla.
Gran mérito ha tenido el comportamiento de esta singular pareja, que después de recorrer medio mundo ejerciendo su profesión, han venido a nuestro pequeño pueblo a disfrutar de la tranquilidad y descanso, que según ellos, han encontrado aquí.
Choca según nuestras costumbres el exquisito amor que tienen a los animales, a los que dispensan múltiples cuidados considerándolo como un hobby divertido, que les aleja del sentido práctico que para nosotros representan.
En el turno que hemos hecho varios vecinos abriendo en el verano la iglesia, para que puedan visitarla los peregrinos, me tocó el turno anterior a ellos y cuando les entregaba las llaves me ponían al tanto de las actividades que tenía.
Patrick, como buen aficionado a la pintura, tenía expuestos para secar sus cuadros en una habitación a la entrada, junto con los pinceles, botes de pintura y demás complementos del oficio.
Para dormir bien en las calurosas noches de verano tenían puesta una cama en el patio con un cierre de malla para evitar a los mosquitos.
Rebekah, aficionada a la astrología, tenía instalado un telescopio para contemplar el firmamento, tan limpio en nuestras noches de verano.
Viendo estas buenas costumbres me viene a la memoria cuán diferente era el uso que hacíamos en nuestra juventud de estos mismos elementos.
Nosotros también dormíamos al raso en la era para aprovechar el frescor de la noche acarreando la mies que con el calor del sol se desgranaba en la trilla.
Por poco que miraras al cielo, la salida constante de estrellas te marcaba cómo ibas de tiempo para rematar la faena diaria.
Con esta comparación he querido resaltar la abismal diferencia de lo que hace esta pareja como disfrute y lo que hacíamos antes por la necesidad de nuestro oficio.
Estas diferencias son las que, a lo largo de los años, han ido marcando nuestro carácter austero, que ha sabido congeniar sin ningún esfuerzo con el más abierto de nuestros vecinos.
Nuestra sincera felicitación para Patrick y que, junto a Rebekah, sigáis siendo felices entre nosotros.
Con esta comparación he querido resaltar la abismal diferencia de lo que hace esta pareja como disfrute y lo que hacíamos antes por la necesidad de nuestro oficio.
Estas diferencias son las que, a lo largo de los años, han ido marcando nuestro carácter austero, que ha sabido congeniar sin ningún esfuerzo con el más abierto de nuestros vecinos.
Nuestra sincera felicitación para Patrick y que, junto a Rebekah, sigáis siendo felices entre nosotros.
Para acabar, quiero tener un recuerdo para la madre de Rebekah, convaleciente de una enfermedad en su país, para que tenga una rápida recuperación. Es nuestro deseo sincero.
Pido disculpas por la tardanza en poner esto en el blog porque aunque el texto ya lo tenía escrito, me pareció necesario poner también las fotografías que acompaño después de nuestra escapada a Canarias.
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