sábado, 22 de octubre de 2011

BAUTIZO EN MORATINOS























El día 16 de Octubre se celebró en este pueblo el bautizo de un niño nacido en el País Vasco, donde viven sus padres, al que se le puso el nombre de Asier que en castellano significa el primero.











Los familiares de aquí, con un deseo digno de elogio, han querido que se celebrase en Moratinos.
Seguro que la gente joven no recuerda la celebración de esta ceremonia, que hace muchos años que aquí no se daba.
Con la aportación de las familias González y Tejerina se organizó una ceremonia muy digna y vistosa que nos ha gustado a los mayores, por el recuerdo de cuando estas ceremonias nos afectaban personalmente.
Como eran muy frecuentes se establecía como una sana competición por hacerlas cada vez mejor.













Este bautizo tuvo también el aliciente de asistir el bisabuelo Francisco Tejerina, tradicionalmente llamado Paco en este pueblo, y que ya tiene 93 años. También nos acompañó la bisabuela Prudenciana Gutierrez familiarmente llamada Zana, natural de Terradillos, también con 90 años a sus espaldas.
Esta oportunidad no es fácil de alcanzar en estos tiempos, pues aunque la longevidad ha aumentado, la pereza de las parejas jóvenes en tener hijos alarga el tiempo de transición de una generación a la siguiente.
La alegría de saludar a mi compadre Paco creo que habrá sido mutua, pues coincidimos en sacar adelante a nuestras familias en aquellos tiempos difíciles en la que toda ayuda era necesaria.
Cuando me casé y vine a vivir a Moratinos la ayuda de Paco me fue muy útil para la buena integración con los demás vecinos que había entonces, y que por desgracia, la inexorable ley de la vida se fue llevando a todos de entre nosotros.
Si con todos los vecinos me llevé bien y facilitaron mi integración, el caso de Paco creo que fue especial por coincidir conmigo al casarnos con dos chicas del pueblo y sentir también como un pequeño vacío de adaptación, que con el buen comportamiento de todos pasó enseguida.
Creo también que fue un factor positivo cuando llegó la democracia y fuimos elegidos concejales de este ayuntamiento y desempeñamos juntos los cargos durante varios años.







Con la bisabuela Zana tuve también buena relación y también con su hermano Valeriano, vecino nuestro en Moratinos. Siempre admiré la firmeza y temple de esta mujer, que a pesar de haber perdido a su primer marido en un accidente y repetirse este también con un hijo, supo sobreponerse a estas sensibles desgracias y rehacer su vida con un nuevo matrimonio, teniendo el hijo que es abuelo del niño bautizado. Perdonadme si me he dejado llevar por la nostalgia de estos recuerdos y volvamos al bautizo.
Este, como gran celebración, fue anunciado la víspera con tirada de cohetes que se repitió en el mismo día antes de comenzar la misa.
La iglesia fue engalanada con centros y ramos de flores naturales. También se colocó para presidir la ceremonia un banco delante del altar, que ocuparon los padres con su hijo y los padrinos.



Por expreso deseo de sus abuelas la ceremonia bautismal se realizó en la hermosa pila tallada en piedra, que según opinión de un experto en arte, es lo mejor que tenemos en esta iglesia.




Nuestro buen cura D. Santiago también se esmeró en la preparación de la ceremonia, poco usual actualmente por la falta de niños. Tuvo también el buen detalle de regalar al neófito un sonajero hecho artesanalmente con mimbre, un libro de cuentos, que según dijo, sirviera para dormir al niño y espabilar a los padres y completó el lote con un balón para que jugara con los niños cuando fuera mayor.

En la iglesia, colmada de público, se respiraba un ambiente de grandes celebraciones, con la toma de fotos y entusiastas aplausos de los presentes al terminar los diferentes actos.
Al salir de la iglesia se tiraron para los asistentes los tradicionales caramelos mezclados con monedas.

















Con generosidad, las familias ya mencionadas nos obsequiaron con un vermut- refresco que ante la abundancia de público algunos tomaron fuera del centro, pues este no tiene capacidad suficiente para todos.

Los que nos juntamos para acompañar a estas familias agradecemos que nos hayan proporcionado un día especial, que rompió la monotonía imperante en estos pueblos.Todos los familiares e invitados se trasladaron luego a un restaurante de Sahagún donde se celebró el banquete.

Sólo me resta dar la enhorabuena a bisabuelos, abuelos y demás familiares. De manera especial a los padres que aunque tengan que vivir lejos de aquí, sepan inculcar en el pequeño el amor y recuerdo de los pueblos donde vivieron sus antepasadosos.











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