viernes, 31 de octubre de 2014

COMENTARIOS SOBRE EL BAILE


El día 26 de Octubre de 2014 se celebró en Arenillas de San Pelayo el encuentro mensual de las Escuelas Campesinas.

Esta vez nos tocó escuchar a una diplomada en bailes que nos dio una explicación de los principales, como el pasodoble, el charleston, el bals, el bolero, la copla y la yenka.

El pasodoble es el que más nos interesó porque fue el baile refugio juvenil, pues la mayoría de nosotros, al no saber otros bailes, recurríamos a él para salir del paso, y tratar de encontrar pareja, que fue, en todos los tiempos, el principal motivo del baile.
¡Qué alegría sentimos los que ya peinamos muchas canas al recordar aquellos años mozos, que fueron el compendio de muchas ilusiones, logradas unas y truncadas otras, pero que en todas latía un ansia de vivir fundando una familia en la que concentramos todas las energías para que nuestros hijos lograran una vida mejor que la nuestra!

Este impulso vital desde la antigüedad es el que ha proporcionado el avance de la vida en todas sus manifestaciones, y creo seguirá siendo en los siglos venideros.
Para los jóvenes de hoy quiero contarles las muchas variantes que ha sufrido el baile con el paso del tiempo y las costumbres. 
No sé por qué extrañas circunstancias en casi todos los bailes de entonces había más chicos que chicas, con la consiguiente pugna de querer bailar todos.
Para lograr esto en bastantes pueblos se adoptaba la fórmula que se llamaba “valer fiar” que no era otra cosa que cambiar de chica cuando algún chico amablemente te lo pedía, aunque no fuera más que en lo que durara la canción de baile tocada.
Claro que esta obligación no a todos complacía, pues los que llevaban un plan bastante avanzado de noviazgo, les molestaba bastante esta intromisión y recurrían, cuando el baile era en la era, a dar paseos por ella y cuando era en un salón se buscaba una mesa para tomar algo.
Con el paso de los años se fue abandonando esta costumbre, que fue causa de alguna trifulca, pero que tuvo su efecto para amortiguar la falta de chicas.
El carecer de medios hacía agudizar la imaginación, y con cualquier instrumento se organizaban los bailes de una manera espontánea.
Recuerdo una boda en San Nicolás que se recurrió al toque de una gaita de la que era aficionado a tocar un pastor del pueblo, que junto a otro que tocaba el tambor organizaron un baile de lo más concurrido y animado.
En mi adolescencia recuerdo que por la tarde, a la salida del rosario los domingos, una aficionada a tocar la pandereta entonaba varias canciones populares con las que se hacía  un animado baile.
Esto demuestra que con cualquier pretexto se ha recurrido al baile para que la juventud se reúna y conozca mejor su carácter con vistas a un noviazgo y posterior matrimonio

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