El pasado 5 de Septiembre llegó un ciclista que por su comportamiento y mesura merece un comentario.
Este tema de los peregrinos pensaba dejarlo por ser muy reiterativo y puede resultar pesado, pero los casos que se presentan tienen una fuerza especial por presentar siempre problemas humanos muy fuertes, que nos pueden valer como ejemplo en nuestra vida diaria.
Cuando Carlos llegó sobre las 11, lo primero que noté fue que al bajar de la bicicleta sus pasos no emitían ese tintineo metálico que producen los tacos de agarre al pedal de los otros ciclistas.
Recorrimos la iglesia comentando sus características y el sentido de sus imágenes que le parecían las más adecuadas en un pueblo labrador donde no hace muchos años la tierra se labraba con la ayuda de las mulas.
Al preguntarle por lo bien que andaba, levantó un pie hacia atrás y me enseñó su plantilla.
Esta tenía en su mayoría los dibujos de agarre normales, pero en medio de la planta llevaba un botón de agarre metálico más profundo. Por eso llaman a estas zapatillas de doble uso, siendo un poco más caras que las corrientes.
Había hecho el Camino otras dos veces pero en esta debido al calor reinante y al cambio de ruta lo había pasado peor.
Como queriendo descargar el peso de este viaje me dejó esta nota:
“Me llamo Carlos López Salazar, salí de Monserrat, Cataluña, con mucho calor y al Camino le faltan señales y tienes que hacer mucha carretera hasta Lérida. De esta hasta Zaragoza pocas señalización también y mucho calor por los Monegros.
De Zaragoza a Logroño ya empieza a estar más señalizado y más paisaje.
En Logroño sigo el Camino Francés hasta Santiago que quiero llegar con la ayuda del Apóstol.
Estoy jubilado y es el tercer Camino de Santiago que hago Tengo 68 años, casado y con dos hijos. El mayor, Xavi murió escalando montañas hace tres años y Hago el Camino en su memoria”
El recuerdo de su hijo le emocionó sobre manera y tardó un poco en serenarse. Para calmarle le conté que yo también estuve a punto de perder un hijo hace unos años. Es muy difícil con palabras de aliento consolar a un padre que después de ver a su hijo hecho un hombre y en la plenitud de su vida, un hecho tan desgraciado acabe con su vida.
Los que estamos hechos a las planicies de nuestra meseta esto del montañismo nos parece un deporte muy arriesgado y no llegamos a comprender la atracción que para muchos tiene.
Parece que el comportamiento humano está muy influenciado por el perfil de la naturaleza en que se vive, aunque también se dan casos totalmente opuestos. El placer de coronar una montaña después de haber derrochado mucha adrenalina en los mil peligros de su ascensión, debe ser indescriptible y muy contagioso dada la cantidad de gente que a ello se dedica.
Todavía recuerdo el papelón que hacíamos en el seminario los que éramos de esta zona de Campos, cuando nos llevaban a una excursión en zona montañosa.
Los que eran de allí la gozaban subiendo y bajando como cabras las montañas más empinadas y a nosotros nos parecía una temeridad.
Muy complicado es el comportamiento humano frente al peligro. Recuerdo mi afición a tirar voluntariamente los cohetes en las fiestas directamente con la mano y ya no me satisface tirarles con ayuda de la horquilla.
Después de descansar un rato y hacerle su foto, Carlos se despidió, casi con lágrimas en los ojos, dispuesto a cumplir la promesa de hacer su tercer Camino en memoria de su querido hijo Xavi.
Impresionado quedé por la conducta de este padre, deseándole que la peregrinación a Santiago le sirviese para mitigar en lo posible tan sensible pérdida.
El siguiente turno del día 10 de Septiembre fue pródigo en sucesos aunque de tono muy distinto al anterior.
Cuando a primera hora me dirigía a abrir la iglesia a un grupo de peregrinos españoles que entraba por mi calle, les pareció demasiado grandes las llaves que llevaba en las manos, explicándoles que eran las llaves antiguas de la iglesia que iba a abrir para que pudieran visitarla.
Les pareció bien y se lamentaban que en la mayoría de los pueblos que habían pasado estaban cerradas aunque fueran horas más tardías.
Les agradó poder visitar la iglesia tan temprano y cambiar impresiones de este pueblo.
Con la afluencia de otros peregrinos no pude sacarles una foto pero uno de los del grupo que parecía más entusiasta nos dejó esta nota en el libro de visitas:
“Da gusto ser recibido como lo ha hecho el Cuidador.¡Gracias y seguir así!"
A media mañana llegaron dos peregrinos que después de enterarse de lo que todos procuran saber, nos dejaron esta nota:
"Venimos de Madrid casi recién casados. Hemos viajado mucho fuera de España pero nos está encantando hacer juntos el Camino de Santiago, visitar cada pueblo y conocer a la gente. Hemos pasado en Moratinos lo mejor del Camino de hoy. Un descansito y a seguir rumbo a León. ¡Un abrazo de Susana y Jesús!
Por su parte Susana puso en el libro de visitas:
“Paz y suerte a la buena gente del Camino. Gracias por su amabilidad Sr. cuidador de la iglesia de Moratinos”
Rebosando la alegría de una recién casada Susana dibujó en el libro un sol, un corazón y una vieira, tal vez quiso expresar al sol de su marido con su gran corazón para quererle reforzado por el Camino Santiago.
Más contentos que unas castañuelas siguieron el Camino, dejándonos a los que les vimos los recuerdos de hace muchos años.
KATY CON PAQUITO Y JULIO |
Quedamos todos muy sorprendidos de lo bien que cantaba a pesar de no entenderla.
Julio la preguntó por medio de un escrito en el móvil si pertenecía a algún grupo o coral y ella con mucha amabilidad nos dijo que no.
Casi por señas nos quiso decir que se había hecho peregrina por el hobby de cantar en cuantas iglesias encontrara abiertas.
Julio la preguntó por medio de un escrito en el móvil si pertenecía a algún grupo o coral y ella con mucha amabilidad nos dijo que no.
Casi por señas nos quiso decir que se había hecho peregrina por el hobby de cantar en cuantas iglesias encontrara abiertas.
En un papel nos dejó escrito su nombre KATY y que era de Londres.
Con estos casos se puede apreciar la enorme diversidad de problemas y modos de vida que tiene cada uno de los peregrinos.
Solo debemos desear que el Apóstol Santiago consuele, bendiga y premie a estos cuatro peregrinos que recorren ese bendito Camino.
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