De Moratinos al norte
se eleva bien su castillo
y remansado del viento
se levanta el caserío.
De castillo sólo el nombre
pues almena no hay ninguna;
quizá su nombre proceda
de su silueta de altura.
Desde ella se contemplan
la vista de varios pueblos
y cuando el día está claro
detalles de muchos de ellos.
Como el terreno es tan llano
subiéndose a su alto
se aprecian perfectamente
casi todos sus campos.
Con su saber los antiguos
aprovechando el desnivel
horadaron sus entrañas
como un queso de Gruyere.
Con veintiuna bodegas
en su derredor cavadas
conservaban bien el vino
que en esta zona se daba.
A su madera de roble
el moho pronto cubrió
y toda su buena obra
en el fuego terminó.
Las cubas y los bocoyes
con tristeza recordaban
el buen vino de aguja
que en sus tiempos albergaban.
Como radios de una rueda
todas en el centro están
separadas por tabiques
que fácil sería quitar.
Militares vinieron
para hacer un buen estudio
de este singular "castillo"
un magnifico refugio.
Es costumbre de esta zona
al visitante invitar
llevando buenas viandas
en la bodega merendar.
No más de ocho vecinos
vivimos actualmente;
cumplir sabemos con todos
y honramos al visitante.
se eleva bien su castillo
y remansado del viento
se levanta el caserío.
De castillo sólo el nombre
pues almena no hay ninguna;
quizá su nombre proceda
de su silueta de altura.
Desde ella se contemplan
la vista de varios pueblos
y cuando el día está claro
detalles de muchos de ellos.
Como el terreno es tan llano
subiéndose a su alto
se aprecian perfectamente
casi todos sus campos.
Con su saber los antiguos
aprovechando el desnivel
horadaron sus entrañas
como un queso de Gruyere.
Con veintiuna bodegas
en su derredor cavadas
conservaban bien el vino
que en esta zona se daba.
A su madera de roble
el moho pronto cubrió
y toda su buena obra
en el fuego terminó.
Las cubas y los bocoyes
con tristeza recordaban
el buen vino de aguja
que en sus tiempos albergaban.
Como radios de una rueda
todas en el centro están
separadas por tabiques
que fácil sería quitar.
Militares vinieron
para hacer un buen estudio
de este singular "castillo"
un magnifico refugio.
Es costumbre de esta zona
al visitante invitar
llevando buenas viandas
en la bodega merendar.
No más de ocho vecinos
vivimos actualmente;
cumplir sabemos con todos
y honramos al visitante.
El ministro Moratinos
antes que su cargo ostentara
quiso saber si algún pueblo
su mismo nombre llevaba.
Tras consultar muchas guías
e investigación muy larga
el pueblo de Moratinos
sólo su nombre llevaba.
Este ilustre personaje
en su agenda tiempo halló
a comprobar por si mismo
y a Moratinos llegó.
El alcalde muy cortés,
a su bodega invitó
y llevar un buen recuerdo
a queso vino y jamón.
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