viernes, 9 de agosto de 2013

EL CULTIVO DEL GIRASOL


 











Uno de los modernos cultivos que se está implantando en esta zona de Campos es el girasol. Con él se está afirmando una alternancia en los cultivos muy beneficiosa, arrinconando el antiguo método de año y vez que era el barbecho tradicional.
 








Las legumbres han perdido mucho terreno quizá por no poderse cosechar pues la mano de obra resulta muy cara. En mis tiempos de labrador el cultivo de las lentejas era un complemento importante a la producción de cereales.


 Siempre es buena la implantación de nuevos cultivos, pues el comercio internacional va marcando la pauta de los productos que la demanda del consumo necesita en cada tiempo y lugar.
La ley de la oferta y la demanda es inexorable en la fijación de los precios que son la base de toda economía.

 Además de estas ventajas este cultivo también favorece el medio ambiente, pues su floración coincide con la siega de los cereales, tachonando el paisaje gris que quedan de los rastrojos, con fuertes manchas de color amarillo provenientes de la multitud de corolas agrupadas constituyendo un autentico espectáculo colorista.




 Aunque esta planta no se cultivaba más que en los huertos como adorno o pasatiempo, escoscando sus pipas, es muy antigua. 
Como otras muchas vino de América en donde su cultivo se remonta a dos mil seiscientos años antes de Cristo. Existen datos de que en Méjico fue utilizada esta flor por las antiguas religiones como símbolo del Dios Sol.





Cuando esta planta es joven tiene una orientación variable buscando la luz del Sol, pero cuando madura ya no gira y queda en una posición fija hacia el Saliente.
Sus semillas se llaman pipas y tienen más de la mitad de su peso en aceite que puede ser empleado como comestible o trasformado en biodiesel. Esta última aplicación le ha dado sostener el precio sin muchas oscilaciones debido a la carestía que mantiene el precio del petróleo, por su cara extracción y múltiples aplicaciones.



Esta planta con su fuerte y profunda raíz ahueca la tierra preparándola para la siembra del cereal al año siguiente y aprovecha la humedad aunque esté muy profunda.
Para facilitarle esta faceta su siembra requiere una buena labor de vertedera, para que durante el invierno acumule la mayor humedad posible.
Que este nuevo cultivo sirva para animar a los nuevos labradores a seguir en su meritoria labor dando vida a estos pequeños pueblos.   
          

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