Muy célebre se hizo en los años cincuenta la palabra carro. El buen cantante Manolo Escobar logró con su famosa canción de mucho arraigo y lució con maestría la modulada voz que siempre acompañó a este gran defensor de España, en la que estribaba los textos de la mayoría de sus canciones.
Mi carro me lo robaron, estando de romería
mi carro me lo robaron, anoche cuando dormía
¿dónde estará mi carro?. (bis)
¿dónde estará mi carro?. (bis)
me dicen que le quitaron, los clavos que relucían,
creyendo que eran de oro de limpios que los tenía.
¿dónde estará mi carro?. (bis)
Donde quiera que esté, mi carro es mío,
porque en él me crié allá en el río
si lo llego a encontrar, vendrá conmigo,
en mi carro de amor, por el camino.
Le digo por el camino, hablando con los romeros,
que llevan sobre su pala, mi nombre 'grabado' a fuego.
En mi carro gasté, una fortuna
y en mis noches de amor, llevé la luna
preguntando busqué, por todas partes
mi carro me lo robaron, anoche cuando dormía
¿dónde estará mi carro?. (bis)
¿dónde estará mi carro?. (bis)
me dicen que le quitaron, los clavos que relucían,
creyendo que eran de oro de limpios que los tenía.
¿dónde estará mi carro?. (bis)
Donde quiera que esté, mi carro es mío,
porque en él me crié allá en el río
si lo llego a encontrar, vendrá conmigo,
en mi carro de amor, por el camino.
Le digo por el camino, hablando con los romeros,
que llevan sobre su pala, mi nombre 'grabado' a fuego.
En mi carro gasté, una fortuna
y en mis noches de amor, llevé la luna
preguntando busqué, por todas partes
y por fin lo encontré, sin aparejos.
El segundo uso de la palabra carro se remonta a tiempos muy lejanos en que las Sagradas Escrituras relatan el episodio milagroso en que los profetas Elias y Henoc fueron arrebatados al Cielo en cuerpo y alma por un centellante carro de fuego.
Estas metáforas son muy usadas en estos relatos bíblicos para que la gente entendiera mejor la fantasía con que fueron escritos.
El tercer empleo de esta palabra es de carros de guerra usados en las grandes batallas de la antigua Roma, con lo que se aumentaba el mortífero desarrollo que la caballería imprimía siempre con sus veloces ataques.
Cuando se filmó la gran superproducción titulada Ben–Hur en la que tuvo un papel muy destacado el actor épico Charlton Heston, se creyó conveniente filmar una carrera de cuadrigas, que no son más que una adaptación del carro de guerra romano, con alguna variante que las hiciera más espectaculares.
Y de verdad que lograron un espectáculo sublime e irrepetible a base de pasar muchas veces escenas muy peligrosas y complicadas.
Cuando se las ve en el cine se te ponen los pelos de punta por la gran similitud con que están logradas.
Esta escena de las carreras de cuadrigas en el gran circo romano, la dan todos los estudios comparativos de cine como lo mejor hecho de todos los tiempos. En esta gran película se puso a prueba el valor y pericia de sus actores y la conjunción y ritmo trepidante que supo darla su director Willian Wyler.
No hay duda que, al menos en esta zona, el carro por antonomasia es el que se usó siempre como ayuda en las faenas agrícolas y que si queréis, por no repetir lo ya escrito, enteraros de su complicada construcción y una foto explicativa de todos sus componentes podéis buscar en el índice el primer capítulo de este blog de fecha Agosto de 2008.
Y como final mencionaremos el carro triunfante que es como se llama aquí la constelación de la Osa Mayor, muy útil para encontrar la Estrella Polar que siempre marca el Norte y que por tanto es muy útil para orientarse de noche, especialmente en el mar.
Si queréis enteraros con más detalle buscad en el índice del blog con título de acarreo y trilla de fecha 5 de Noviembre del 2008.
Espero que estos dos últimos capítulos os gusten, especialmente a la gente joven que por el tiempo no puede conocer la cantidad de detalles que aporto.
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