A pesar de haber llovido poco, la cosecha obtenida ha sido mejor de lo que se esperaba, pues parece un milagro que con las escasas precipitaciones se haya llegado a cerrar el ciclo normalmente.
La cebada ha tenido un rendimiento acaso un poco más de lo normal, ya que los calores de primeros de Mayo, al estar ya casi granada, apenas la afectaron, no así al trigo que estaba más tardío, sufriendo en su granazón.
Además de esta circunstancia sufrió el ataque de la roya que debilitó a la planta teniendo que tratarlo de urgencia, con el consiguiente daño de las rodadas, que al estar ya casi granando no pudieron recuperarse.
Este grave problema de los hongos y malas hierbas parece que va en aumento, no sé si por hacerse las plagas resistentes al tratamiento, o porque los productos tienen cada vez menos efectividad, teniendo que casi doblar la dosis que marca el prospecto si se quiere lograr el resultado apetecible.
Al ser estos productos bastante caros, si hay que tratar la mayoría de lo sembrado, se lleva una parte del resultado económico de la explotación.
Se puede decir que en estas fechas la cosecha de cereales está ya recogida faltando el empaque de la paja que se ha hecho obligatorio si se quiere laborear la tierra pronto, pues quemarlo está prohibido, y más con la ola extraordinaria de calor que este año estamos padeciendo.
Una buena parte del terreno labrado se siembra de vezas, girasol, alfalfa y este año como ensayo el cártamo.
Estas sementeras de primavera también se están logrando normalmente, a pesar de lo poco que lluvió pero muy oportuno pues hizo que la nascencia fuera buena y la floración y posterior granazón pueden ser buenas, a poco que merme el calor y acompañen circunstancias normales en su desarrollo.
En estos días de la floración del girasol el campo cambia de aspecto pues el intenso color amarillo contrasta con el pardo del rastrojo del cereal y el verde intenso de las pocas viñas que van quedando.
Aprovechando esta variedad de matices los peregrinos aprovechan para hacer fotografías que ufanos llevan para sus países, preguntando por el nombre de este cultivo tan vistoso.
En mi paseo encontré a una peregrina alemana que quería sacarse una foto con este maravilloso fondo, la ayudé e intercambiamos nuestras fotos.
Ya llevamos unos años en que el cultivo del girasol se está adaptando en esta zona logrando unos buenos resultados ya sea por las buenas labores que se le da o por la adaptación del terreno.
En un viaje que hice a Palencia pude comprobar que este cultivo está muy extendido, pero son pocas las parcelas que se puedan comparar con el óptimo desarrollo y buen nacimiento de las de aquí.
Esta particularidad de nuestra tierra debemos aprovecharla, pues a pesar de lo que se decía cuando se empezó a sembrar girasol que era una planta esquilmante, la realidad ha demostrado que no lo es, pues su abundante raíz y fuerte tallo al pudrirse en la tierra se convierte en abono vegetal que aumenta la riqueza del suelo consiguiéndose con su alternancia rendimientos iguales al barbecho.
Otro tanto a favor del girasol es que hasta ahora no tiene ninguna plaga que lo ataque, pues muy pocas son las plantas que se libran de alguna enfermedad con el engorroso tratamiento y gasto que esto supone.
Este comportamiento del girasol me recuerda el tiempo en que era labrador y el cultivo de las lentejas tenía unos rendimientos superiores a otras zonas más cerealistas. Según confesión de unos amigos labradores que tengo en Villalcón los mil kilos de producción media por hectárea allí eran inalcanzables.
En cambio aquí se lograban la mayoría de los años a poco que lloviera y la planta pudiera alcanzar la altura de una cuarta para que la siega con guadañadora pudira recoger las muchas y bien granadas vainas que este clima producía.
Con triste añoranza recuerdo el último año que sembré lentejas y que se malograron por que el año antes habíamos empezado a tirar herbicidas, cuyos residuos no degradables fueron la sentencia de muerte de este cultivo tan rentable en esta zona que algunos años competía con los de los cereales.
Acaso pueda parecer una ilusión irrealizable pero en vista de que las leguminosas para pienso animal llamada veza se defiende bastante bien de los residuos de los herbicidas, se podía intentar por los laboratorios un antídoto parecido al que tiene la veza que se pudiera usar para la defensa de la lenteja, pues las dos son leguminosas
1 comentario:
Hola tío Modesto,
me alegro que la cosecha haya sido mejor de lo esperado con este loco clima.
He buscado más datos sobre el cárcamo y parece que son todo ventajas (te añado unos enlaces a noticias sobre este cultivo: http://www.elnortedecastilla.es/20130913/local/agricultores-empiezan-cultivar-cartamo-201309132143.html y https://www.youtube.com/watch?v=7SSp2YjJgHw) por lo que se refiere a ahorro en herbicidas, en combustible en las labores y en tiempo para su cosecha.
La segadora Berolini siempre me pareció muy curiosa y me trae al recuerdo aquellos días de un verano hece muchos años que os estorbé en la cosecha de las lentejas y en el manejo incompresible para mi del tractor con el remolque yendo marcha atrás.
Un abrazo de tu sobrino
Marino
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