Finalizando ya el otoño del 2015 se viene repitiendo la cadencia de precipitaciones que tuvimos en el 2014, pocas en cantidad pero muy oportunas para que la tierra tenga la humedad necesaria para nacer las semillas.
La beza recomiendan sembrarla por seco y en cama dura esperando que lleguen las primeras lluvias otoñales. Este año como no tardaron en llegar la beza, tanto la que se sembró por seco como la sembrada con jugo han nacido muy bien, y como apenas ha helado todavía ofrecen un aspecto inmejorable, apollancando con fuerza cubriendo en sitios todo el suelo con lo que pueden mantener la humedad hasta que lleguen las lluvias primaverales.
El haberse sembrado tantas este año creo que ha sido por el buen precio que han tenido la pasada campaña, pero no conviene pasarse pues al aumentar en exceso la oferta puede contribuir a que los precios bajen.
El año pasado observé el comportamiento de los topillos, que este año no dan señales de vida en su cultivo favorito que son las bezas.
Como estos animales son muy miedosos su mejor defensa es meterse pronto en la hura. Para no distanciarse mucho de ella comen lo que está más cercano y siendo previsores a la beza solo la comen hasta llegar al brote más próximo a la tierra que suele estar a un centímetro.
Con esto consiguen que cuando comen lo más largo de la hura tienen en previsión los tiernos brotes del nudo que dejaron.
Cuando a veces se acaba el ciclo los rodales que blanquean por su causa se cubren de verde igualando el cultivo gracias a la previsión del instinto impreso en estos animalitos que nos parecen tan dañinos.
La cebada y el trigo que se sembró primero tienen un aspecto exuberante, y puede que este adelanto les haga espigar pronto y sufran el ataque de hongos y otras plagas que el año pasado ocasionaron muchos trastornos, al tener que tratar los sembrados ya espigados con el consiguiente aplastamiento de las rodadas y los gastos adicionales del tratamiento.
Lo que se ha sembrado últimamente esta naciendo normalmente y este retraso acaso pueda ser lo que mejor lo defienda de estas plagas, que parece que se han hecho endémicas.
Como la mayoría son causados por hongos recomiendan que para matar las esporas con que se reproducen se debe airear la tierra lo más posible, para que no persistan en su ataque de una cosecha a la siguiente.
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