Nos
parecía que el cambio climático, tan difundido por conferencias
internacionales y cacareado por todos los medios informativos no nos iba a
afectar, hasta que este año se presentó el invierno con temperaturas tan
templadas como no se conocía en muchos años.
Todas
las plantas de la naturaleza acomodan su desarrollo al medio ambiente, si este
se trastoca su ciclo, y el empuje de su savia estimula el brote de las flores e
incluso el medio encañado de los cereales.
En
esta zona de producción cerealista este adelanto puede suponer el espigado
prematuro y el desarrollo de los muchos hongos que han empezado a atacar los
sembrados.
En
algunas zonas dicen que tienen que tratarlo varias veces, si quieren algún resultado
práctico, con lo que la merma de las rodadas del tractor y el importe de los
tratamientos se convierten en un problema muy serio.
El
trigo sembrado pronto tiene un excesivo desarrollo y un intenso color verde, no
así la cebada que está más atrasada con un color amarillo que creo es debido
al exceso de humedad.
Las
vezas tienen también un buen desarrollo con lo que se puede lograr un buen año
de forraje, si no las ataca el pulgón, aunque parece que ahora las ataca menos
que hace unos años.
Aunque
aquí la fruta es solo un complemento agradable, este año no lleva un ciclo
normal. Acompaño las fotos de unos brotes muy adelantados de almendro,
melocotón, pera, nogal y principio de las brevas, cuya floración adelantada ha
sido interrumpida por la llegada de fuertes heladas quedándose en un estado de
media apertura de las flores que no logran soltar los pétalos que se pueden
quemar por completo y el centro de la flor.
En
otras zonas más tempranas se ven árboles en plena floración que si persiste
este tiempo puede acarrear la perdida de la cosecha.
Como
estos cambios de la naturaleza son tan lentos apenas los apreciamos, pues
aunque los que peinamos canas tengamos un vago recuerdo de que los inviernos de
antes eran más largos y fríos que los de ahora, no lo damos importancia.
Igual
pasa a nivel mundial pues aunque las naciones se siguen juntando en varias
conferencias para poner coto a la gran contaminación que producimos, no llega
nunca a tomar decisiones eficaces y prácticas.
La
avaricia que domina al mundo siempre encuentra razones para contaminar. Si tu
contaminándolo todo has prosperado, yo también tengo derecho a hacerlo. Lo malo
de esto es que los mayores culpables son los más poderosos de la tierra, y
¿Quién pone el cascabel al gato?
El
abandono de unas pequeñas islas del Pacifico inundadas por el mar, confirma la
hipótesis que si para el año 2050 sube la temperatura del mundo en dos grados
el deshielo de los glaciales hará subir el nivel del mar varios centímetros.
Hasta
que esto no ocurra nuestras siguientes generaciones no se moverán, pero cuando
en amplias zonas del litoral se vean con el agua al cuello lo tomarán en serio,
aunque tal vez sea demasiado tarde y comience una lucha encarnizada por poseer
un lugar en las cotas más altas de la tierra.
Confiemos
que las generaciones que nos precedan se den cuenta que no tenemos más que este
mundo para vivir, y tendrán que mantenerlo lo más posible.
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