Como ya conté,
la primavera pasada ha sido abundante en lluvias y este exceso ha propiciado
algunos problemas que quiero detallar.
Según se
temía hubo un ataque de hogos que fue tratado en tiempo y con los tratamientos que
recomiendan.
No obstante han quedado unos corros de color amarillento, cuyas
espigas con la lista hacia arriba denotan que el grano no existe o tiene una considerable
perdida de granazón, que puede verse agravado por los días muy calurosos que
pronostican.
A simple
vista parece muy buena la marcha de los cereales con lo que los pronósticos
oficiales y de los almacenistas se han desbocado, no sé si por estar en periodo
electoral los primeros o porque a los segundos les interesa bajar más los
precios, que ya llevan hundidos desde hace ya medio año.
Esto puede
hacer verdad el dicho muy antiguo y sabio que en este voluble oficio de
labrador no se puede asegurar nada hasta que el grano no está en la panera.
Otro perjuicio
no pequeño ha sido que el exceso de precipitaciones ha propiciado el desarrollo
descomunal de toda clase de plantas parasitarias, que para eliminarlas y
preparar las fincas para el cultivo del girasol ha hecho falta tratarlos con un
herbicida total. Esto unido a que se suele tirar otra dosis después de la
siembra para que no salga forraje.
Con esto,
además del gasto que representa, no puede ser bueno pues los residuos que
quedan en la tierra contribuyen a que poco a poco se vayan perdiendo muchos de
los cultivos que hace pocos años, daban aquí buenos resultados.
Parece que el
método antiguo de quitar el forraje con una o dos manos de grada ya no sirve y
con el uso de herbicidas se quita a la tierra el aporte del oxigeno del aire y
la destrucción de muchas plagas por la acción solar.
Como prueba
irrefutable del empobrecimiento de la tierra tenemos el cultivo de cereales
ecológicos en el que se exige no tirar ninguna clase de abonos ni nitratos como
se hacía en mis primeros años de labrador.
Según parece el
uso masivo de abonos químicos y nitratos, ha forzado a la tierra a darnos los
buenos resultados actuales, pero a costa de dar en los ecológicos una
producción mucho menor a la que se lograba antes también sin abonos químicos, y
se estima que para que la tierra vuelva a coger su estado natural, han de pasar
muchos años.
Tampoco para
la fruta va a ser el mejor año, pues parece que con tanto agua el cuajado de
la flor fue muy deficiente, con lo que se está cayendo la poca que había.
De todos los
frutales de la huerta solo destaca la mucha cantidad de brevas de las higueras.
Acaso sea porque estos frutos en sí mismos no son más que una floración
especial dentro de un receptáculo carnoso donde las flores se convierten en
pepitas cubiertas de un jugo muy sabroso.
Como algo
positivo podemos dar la enorme explosión que han tenido todas las variedades de
flores silvestres, que no faltándolas humedad han rellenado todos los ribazos
de los caminos formando un hermoso tapiz multicolor, del que muchos peregrinos
del Camino de Santiago han sacado buenas fotografías.
Un nogal que
tengo en la huerta parece que ha sufrido también por el exceso de humedad pues
se han caído casi todas las nueces que parecían ya formadas.
Creo que se debió
que cuando salieron las flores machos la humedad no las dejó soltar el polen
que necesitan las flores hembras que por medio de unas estigmas muy
desarrollados conforman el principio de la nuez. En este caso al no estar
polinizadas no pueden seguir creciendo.
Las flores de casa han tenido una floración normal y así lucen sus colores.
Esperemos que estos días cruciales para la maduración de los cereales no suban las temperaturas y se logre una cosecha apañada, y que los precios en el mercado no sigan su marcha descendente.
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