F U E N G I R O L A.
Esta fue la primer excursión que hicimos con buena guía local a esta población por la mañana, con entrada al Castillo de Sohail situado a 37 metros sobre el nivel del mar. Su construcción se remonta a los tiempos de fenicios y romanos. Más tarde perteneció a árabes y cristianos. Todos le usaron como defensa contra los muchos piratas que saqueaban las poblaciones de la orilla del mar.
Todavía quedan en pie dos torreones octogonales que defendían la plaza de armas y demás anejos. Aún se aprecian los restos cilíndricos del brocal del pozo del que se abastecían de agua y el semicuadrado horno donde cocían el pan.
Cuando la dominación francesa, al tener que retirarse estos, volaron gran parte de la muralla que ha sido restaurada y los cañones al no poder llevarlos por su mucho peso los tiraron al mar del que fueron rescatados posteriormente.
San Cayetano es el patrón de Fuengirola, que tiene diez mil habitantes casi todos dedicados al turismo.
G I B R A L T A R.
Por la tarde, también con guía local, visitamos este enclave inglés en nuestra península. Durante varios siglos esta estratégica plaza fue habitada por fenicios, romanos, árabes y visigodos. Permaneció bajo dominio español hasta el 1704 que fue atacado por una poderosa armada Anglo-Holandesa. Por el tratado de UTRECHT España cedió a Gran Bretaña el Peñón, puerto y parte del Istmo que le une a España.
Poco a poco y con malas artes fueron ganando terreno en nuestro mar para sus edificaciones. En el pequeño istmo han montado una amplia pista de aterrizaje, tan amplia que se puede comparar con cualquiera de nuestros aeródromos, donde pueden aterrizar casi todos los aviones comerciales que vuelan actualmente.
Como tienen que aprovechar al máximo su pequeña extensión que no llega a seis kilómetros cuadrados, esta gran pista de aterrizaje sólo se cierra cuando llega o despega un avión, usándose luego para toda clase de tráfico.
Continuamente se vulnera nuestro espacio aéreo y marítimo, que si se les obligara a respetar quedarían casi aislados por disponer de tan poco espacio, especialmente en el despegue de aviones.
Este pequeño enclave está lleno de testimonios históricos como el Navío Víctory donde fue trasladado el cadáver de Nelson, preservado dentro de un barril de ron, después de la victoria de Trafalgar.
También se conserva el cañón de cien toneladas que fue fabricado a principios del siglo XIX y que nunca fue disparado. En la casa palacio que habitó nuestro gobernador la disfruta hoy su homónimo inglés. Para más rapidez el paso de la aduana se hace con el carnet en la mano, pues la gran cantidad de turistas que lo visitan colapsarían todo, si no se tomaran estas medidas tan expeditivas.
La única calle comercial que tiene Gibraltar se puede comparar a cualquiera española, aunque sus carteles estén impresos en inglés
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