El viernes 6 de Mayo de 2011, por el Club de los 60, salimos de Palencia dos autocares, que junto a otro de Zamora, nos juntamos en Villanubla para tomar el avión a las diez de la mañana y llegamos sin novedad al aereopuerto de Mahón en Menorca.
Es la isla más oriental de España y tiene una superficie de 704 metros cuadrados y unos 80.000 habitantes. Nos hospedamos en el hotel Cala Galdana. Está situado junto a la cala del mismo nombre, con todas las comodidades que proporciana a toda clase de turistas un hotel de cuatro estrellas.
EXCURSÓN A CIUDADELA.
Fue la primera que hicimos a esta ciudad que es sede episcopal de toda la isla y antigua capital administrativa.
Es la ciudad más señorial de todas y este espíritu se respira en las calles del núcleo historico y casas de nobleza que aún se conservan.
Su pequeño puerto natural, muy angosto, fue siempre presa facil para los piratas que infestaban el Mediterráneo y en especial del celebre Barbarroja que la atacó varias veces.
En una de ellas fue tal el ardor del ataque que sus habitantes la defendieron a muerte, quedando destrozada casi totalmente. En memoria de esta heróica defensa se levantó un buen obelisco con cuatro dedicatorias muy expresivas.
Esta destrucción fue aprovechada por los colonos pudientes, para mostrar su riqueza, levantando hermosos palacios de los que esta tachonada toda la ciudad.
Además de los caballos, de los que hablaré luego, otro ganado que tuvo mucha importancia fue el lanar con el que aprovechaban la mayoria de la extensión de la isla.
Celebraban sus fiestas en la que la atracción principal era probar la resistencia de un joven que tenía que aguantar un cordero sobre sus hombros todo el día con la ayuda de otros que compartían su peso para que lo lograra.
En memoria de esta fiesta tienen una plaza con el monumento al carnero en bronce muy bien logrado, que porta una bandera con la cuz de los Caballeros de Malta, impulsaron mucho este ganado en la isla.
Entre los muchos blasones que exhiben sus palacios destaca el busto de una mujer con el rostro medio tapado.
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Este detalle tiene su leyenda que los guías se encargan de relatarDicen que una noble matrona tenía una hija a la que gustaba la vida nocturna y su madre, para comprobar la hora de llegada, se cubría el rostro para no ser reconocida.
Este mascarón de la mujer con el rostro tapado, según el guía, se usaba también en muchos puertos del Mediterráneo, para indicar las casas donde encontraban protección anónima los navegantes.
Después visitamos las cuevas Den-Xoroi situadas en un acantilado y las han convertido en una moderna discoteca, que por su novedad tiene mucho atractivo.
Hay que bajar casi cien escalones, y nuestra guía Débora muy servicial y amable nos sirvió un refresco por si nos parecía mucho bajar todas las escaleras, que al final aguantamos como todos y nos sacamos varias fotos.
Al venir al hotel pasamos por la Naveta de Tudons. Se trata de un monumento funerario colectivo en el que se enterraban los miembros de un Clan. Se han encontrado objetos de su ajuar personal como pulseras, collares, ollitas y vasos de cerámica, enterrados como ofrendas a sus
familiares.
Hay que bajar casi cien escalones, y nuestra guía Débora muy servicial y amable nos sirvió un refresco por si nos parecía mucho bajar todas las escaleras, que al final aguantamos como todos y nos sacamos varias fotos.
Al venir al hotel pasamos por la Naveta de Tudons. Se trata de un monumento funerario colectivo en el que se enterraban los miembros de un Clan. Se han encontrado objetos de su ajuar personal como pulseras, collares, ollitas y vasos de cerámica, enterrados como ofrendas a sus
familiares.
También tiene su leyenda pues dicen que fue construida esta Naveta, llamada así por su forma de nave invertida, a la porfia por dos mozos de gran estatura llamaban gigantes y que disputaban el amor de una mujer, apostando a ver quien la levantaba en menos tiempo
el monumento.
Dicen que al tener uno ya casi terminado su trabajo, el otro envidioso lo mató con la última piedra que le faltaba colocar.
Arrepentido también se mató, acabando con ellos la leyenda popular de los gigantes de Menorca.
el monumento.
Dicen que al tener uno ya casi terminado su trabajo, el otro envidioso lo mató con la última piedra que le faltaba colocar.
Arrepentido también se mató, acabando con ellos la leyenda popular de los gigantes de Menorca.
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