En el transcurso de mis muchos años de vida en el campo he podido apreciar un deterioro, que por diversas causas, el medio natural se va alterando de una manera constante y progresiva.
A los optimistas estas líneas les pueden parecer de un agonías, pues consideran que la naturaleza es muy sabia y sabrá superarlas como ha pasado durante muchos siglos.
Tampoco quisiera caer del lado de los pesimistas, pues el tiempo ha demostrado que los recursos de la naturaleza ante las grandes catástrofes y contaminaciones son tremendas y muchas veces difíciles de entender para la inteligencia humana.
Según los naturalistas y demás científicos dedicados a estos temas, la señal más importante que observan es la merma y casi desaparición en algunas zonas de las abejas.
Estos singulares insectos, imprescindibles en la polinización de las plantas, han tenido en estos últimos años un bajón considerable por causas de las enfermedades que les atacan, y que según los expertos estos animales son un termómetro infalible para comprobar la alta contaminación que padecemos.
Otro nuevo caso que me ha llamado mucho la atención es el ataque de un hongo blanquecino a los muchos árboles híbridos que aquí llamamos plataneros que abundan en la mayoría de calles, parques y jardines de España.
Hasta ahora este árbol era considerado como muy resistente, pues aguantaba la poda en cualquier época, lo que era aprovechado por los jardineros para podarles pronto y no aguardar a que cayeran sus abundantes hojas, evitando así la labor del barrido tan pesado y reiterativo.
También se presta al ensamble de sus ramas, que con un simple corte y puestas en contacto sus ramas se pegan enseguida, formando con la pericia del buen podador extensas zonas de sombrío muy apreciadas en los meses de calor.
Por su injerto de pie franco con el arce le da una fortaleza y vitalidad extraordinaria, siendo un árbol imprescindible en toda plantación de adorno, pues hasta ahora no se reconocía enfermedad alguna que le atacara.
Pero como parece que no puede haber una excepción desde hace poco tiempo está sufriendo el ataque de un hogo muy esponjoso que arruga sus hojas, y aunque por aquí está empezando la enfermedad, dicen que en Barcelona, después de varios años de contagio, han tenido que arrancar estos árboles secos de varias calles.
Otro hongo que nunca conocí, se está implantando en la siembra de cebada que debilita mucho a la planta y su tratamiento cuando está espigada ocasiona además del coste, el aplastamiento de la caña por la rueda del tractor.
Parece que el desarrollo de nuevas plagas está de moda, pues cada día aparece alguna nueva, que unidas a las antiguas como la roya, el tizón, el mal de pie y otras muchas pueden hacer del cultivo del cereal, tan principal en esta región, un tanto problemático.
Acaso se tenga que recurrir a simientes inmunes a todas estas enfermedades, como se ha hecho ya en la India, China y parte de Rusia donde se trata de terrenos pobres y la baja producción de estas semillas les compensa el coste de estos tratamientos.
Para no repetir lo que ya he escrito sobre este tema tan extenso os propongo visitar los siguientes títulos y fechas de entrada en el blog.
“San Isidro 2014”de fecha 5 de Mayo. “Fuga de animales” 3 de Mayo de 2013.
“La contaminación” 10 de Enero de 2009. “Ratas ratones y topillos” 4 de Abril 2009
“Colmenares y abejas”1 de Agosto de 2009
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