Este año los que sembraron el girasol pronto tuvieron la mala suerte que al poco tiempo de la siembra cayó un fuerte golpe de agua que agarrotó la siembra criando un duro cortezo que la mayoría de la simiente no podía romper.
Esta circunstancia demostró también que esta semilla tiene un alto poder germinativo, pues estuvo naciendo casi un mes por etapas según llegaban pequeñas lluvias, impulsando con fuerza trozos de cortezón que impedía su nacimiento.
Con estas etapas la nascencia quedó muy desigual pudiendo decir que había plantas de tres edades según habían nacido. El aspecto general de la finca era deplorable tanto que algunos optaron por levantar la siembra, previniendo que las plantas nacidas no fueran las necesarias ni para pagar los gastos de la cosechadora.
Mas he aquí que con la ayuda de las pequeñas lluvias las plantas nacidas comenzaron a desarrollarse con tal fuerza que al poco tiempo casi cubrieron la tierra mejorando mucho su aspecto.
Esto es debido al buen desarrollo radicular de esta planta, que enseguida se apropia de los nutrientes del hueco que dejaron las no nacidas.
Con este aporte extra el girasol ha tomado una altura extraordinaria llegando alcanzar algunas el metro y medio y las cabezas rondan los cincuenta centímetros de diámetro.
Buscando un buen ejemplar para sacar una foto encontré una que tenía a su alrededor un metro de distancia sin ninguna otra planta e intenté sacarme una foto junto a su buena cabeza que acompaño, a pesar de mi poca experiencia en el autorretrato.
La caña también es muy gruesa en proporción de la altura y peso de la cabeza que tiene que soportar, llegando en algún caso a tener el grueso de la muñeca humana.
Esperemos que el conjunto de pipas que den al cosechar estas lozanas plantas contrarreste la falta de las que no nacieron.
A este respecto recuerdo el dicho de un antiguo labrador cuando empecé a sembrar cereales a máquina, si era mejor sembrar espeso o ralo “Más vale manada que espiga regalada” que traducida a este caso sería que dan más unas cuantas cabezas pequeñas que una grande.
Más como los resultados agrícolas nunca fueron una ciencia exacta esperemos que consiguiendo buenos resultados se afiance en esta zona el cultivo de esta oleaginosa y que luego los extractores no escatimen tanto los precios
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