Como todos los años se celebró el día de todos los Santos. Los hijos del pueblo vinieron a depositar sus ramos de flores en las tumbas de sus seres queridos e igualmente hicimos los que de siempre estamos aquí.
Es una manera de que tengamos presente a los que nos
precedieron, que con tanto cariño y amor quisieron que fuésemos en la vida
personas de bien, por ello bien se merecen unas flores y una oración en su
recuerdo.
Estuvo un día de estos de viento
fuerte acompañado de lluvia, pero no por eso dejamos de ir al cementerio,
volvimos calados de agua, pero no lo dimos importancia pues ellos merecen eso y
mucho más.
Hemos seguido con las lluvias que a los labradores les ha interrumpido la sementera y están un poco atrasados,
aunque hasta San Clemente, que dice el refrán, levanta la mano a tu simiente, aún
queda una semana y en este tiempo lo rematarán.
Es tiempo de otoño, cuando se recogen todas las frutas, este año hemos tenido el mes de Septiembre y Octubre muy calurosos por lo que todo ha madurado muy bien.
La uva, a pesar de no llover nada
en el verano, ha sido excelente. Ahora recuerdo las vendimias, digo recuerdo
porque aquí y en muchos sitios han quedado para el recuerdo.
Han desaparecido las viñas, uno
por el trabajo que en sí daban y otro porque la juventud ha marchado a la ciudad
y los que quedan son jubilados.
Es verdad que daban trabajo, pero
tenía su lado de alegría y juventud, pues se traían cuadrillas de jóvenes para
vendimiar que con sus cánticos y la destreza de sus años te contagiaban y el
trabajo se hacía más llevadero.
Luego tenías la otra parte que era pisar la uva y meter el mosto en las carrales, aquí también llevaba su tiempo, pues la uva fermentaba y no se podía esperar porque el tufo no te dejaba entrar en la bodega, pues al no haber oxígeno podías perder el conocimiento y caer redondo.
Todos estos trabajos llevaba
consigo contratar gente en todo el año: las viñas necesitan estar pendientes de
ellas, empezando por la poda, coger los palos, alumbrarlas, que es cavar
alrededor de la cepa, ararlas y en primavera sulfatarlas para que no las ataque
las enfermedades.
Todo esto una persona no lo puede hacer,
necesita mano de obra y si la gente joven no hubiese marchado esto continuaría y las ciudades no estarían tan llenas y los pueblos tan despoblados.
En las capitales quejándose del
paro por exceso de gente. ¿Qué mal repartido esta el mundo?
Pidamos que vuelvan a plantar
viñas que de hecho ya lo están haciendo, pues es una riqueza grande y hoy el
vino está en uno de sus mejores momentos para exportar y para nuestra nación.
Tiempo de otoño: es una de las estaciones del año más bonita, el clima es agradable y el color que cogen las hojas de los árboles tan dispares hacen que los aficionados a la fotografía se aprovechen de tan bello panorama.
En esta época también salen las
setas, tan preciadas por los comensales que las degustan en hoteles cocinadas
de mil maneras. Aquí en el pueblo también las apreciamos, en nuestros paseos
diarios, vamos por el camino y encontramos la seta de cardo y el champiñón silvestre,
que sabemos que son buenas.
Es temerario cogerlas sin
conocerlas, pues hay infinidad de clases, unas buenas y otras venenosas, que si
no las conoces bien te pueden producir la muerte.
Todos los años oyes que alguien ha muerto por esta causa. Seamos sensatos y miremos bien lo que del campo cogemos, porque ahora está de moda atropar ya sean caracoles, berros o diferentes hierbas con las que nos tropezamos.
También es la caída de las hojas
de los árboles a la que se atribuía que los ancianos morían más que en otras
estaciones del año. Se decía: "caen como las hojas”
Es un dicho que no sé si tendrá algo
de verdad.
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