Para los que no sean de esta zona
o no conozcan Palencia capital, debo aclarar que "El Salón" y "Los Jardinillos"
eran dos parques muy concentrados y coquetos, que daban prestancia y carácter a
una capital de provincia, donde sus habitantes vivían sin los agobios de las
grandes urbes disfrutando de una ciudad media que puede tener todas las
comodidades modernas.
A esta circunstancia se unía el
disfrute, además de los parques citados, otros como la Huerta de Guadián, una
extensa zona ganada al río Carrión se llamaba la isla Entre dos Aguas y un poco
más alejado monte El Viejo, finca municipal que todavía sirve como pulmón de la
ciudad.
Hace pocos años, no sé si por
esnobismo o darse prestancia, las autoridades gobernantes decidieron renovar el
gran salón de Isabel II de treinta mil metros cuadrados, que fue levantado en
1908.
Encargaron dirigir las obras a una arquitecta palentina, Carmen Espegel
muy moderna y cargada de premios y medallas, que no tuvo otra idea que plantar
en medio del parque un burdo armazón de hierro y amplias cristaleras dedicado a
auditorio, talando para ello muchos árboles centenarios que eran el alma y
atractivo principal del parque.
Al quedar una extensa zona
desprotegida los extremos calores veraniegos hacen que los paseantes llegando a
ella aprieten el paso buscando la saludable sombra de los pocos árboles, que
como testimonio aún sobreviven.
Acaso mis largos años de labrador
en contacto con la naturaleza sean los que me hagan sobrevalorar estos
desatinos, que muchas veces son debido a las rencillas que entre si tienen los
partidos políticos, y que la opinión pública denuncia cuando ya no tiene
remedio.
Gran polémica tuvo la instalación
de este auditorio y la tala correspondiente de árboles.
Los políticos tratan de minimizar
los hechos dándoselas de modernos y proclamando que la paisana arquitecta está
a la última, logrando muchas medallas en sus últimas creaciones.
No sé lo que les enseñara en la
universidad a estos señores, pero estoy seguro que el respeto a la naturaleza
no entra en su programa.
Otra nueva tropelía se está
llevando a cabo en el parque de los Jardinillos. Con este nombre siempre se
denominó a un pequeño parque pero muy bien poblado de árboles centenarios que
daban cobijo a mucha clase de pájaros siendo un placer en el buen tiempo pasear
por sus avenidas.
Cuantas veces recuerdo que en los
tiempos después de la guerra los medios con los que contaba la RENFE eran tan precarios, que
llegar los trenes con una hora o más de retraso estaba a la orden del día.
En estos casos salir a dar un
paseo por los Jardinillos te aplacaba los nervios y te hacía más llevadero el
tiempo de espera, que se hace eterno cuando te toca aguantarlo.
Otro tanto a su favor es su
situación privilegiada pues tiene la estaciòn de la RENFE y la de autobuses
tocando a sus jardines, por lo que todo el que llega a Palencia recibe una
buena impresión.
A pesar de todas estas ventajas
las autoridades actuales consienten construir en él una pista de skate,
“patinaje” en cristiano, que acabará con el encanto más céntrico de Palencia pues parece que
a nadie le importa que se lleve a efecto.
Los vecinos del complejo
deportivo de los campos Góticos deben de tener muchas influencias pues han
logrado que este desaguisado no se lleva a cabo en su barrio.
Casi todos tienen la convicción de que será la muerte del parque, teniendo Palencia
multitud de sitios donde poner esta pista.
Otro de los grandes y
característicos parques que tiene esta capital castellana es el llamado
Huerta de Guadián. En el también se conjugan su hermoso arbolado como
monumentos antiguos.
El que más destaca es la ermita
de San Juan Bautista, que se trasladó aquí piedra a piedra desde el pueblo de
Villanueva del Río, cuando fue inundado por el pantano de Aguilar.
También se pueden ver a la
entrada un conjunto de tallas que el artista Teo Calvo hizo con troncos de
olmos viejos. También funciona una pequeña biblioteca de verano. Esperemos que
en este único rincón que nos queda no le de a nadie por instalar cualquier
invento moderno.
Otro lugar de ocio y
esparcimiento es monte El Viejo, propiedad de la ciudad y declarado reserva
natural. Desde su mirador se pueden disfrutar de las mejores vistas de
Palencia.
Llegar a él andando proporciona
un buen ejercicio físico pues tiene seis kilómetros de subida.
En bici también se puede acceder y disfrutar de su fantástico carril. Para la comodidad de subir en coche
dispone de abundantes sitios donde poder aparcar.
Se puede visitar la Casa Pequeña
donde tomarse un porrón de vino. La Casa Grande, el refugio donde está el
restaurante y piscinas públicas, o visitar la reserva natural de ciervos.
Otro moderno conjunto a disfrutar
es el llamado la Isla dos Aguas donde se puede practicar muchos deportes.
Contiene un buen campo de golf,
una pista de de patinaje, campos de fútbol, pistas de tenis, circuitos
para correr, voleibol de playa y hierba.... mucho espacio para pasear y hubiera
sobrado espacio para hacer la pista de patinaje más moderna.
No se puede atender el capricho
de unos pocos en detrimento de mermar el patrimonio de la mayoría.
Según un viejo adagio “hay un
lugar para cada cosa y una cosa para cada lugar”
1 comentario:
Cada vez más, son los ciudadanos los que tenemos que tomar conciencia y cuidar a nuestra Madre Tierra. No nos lo van a enseñar en ningún sitio, y el poder político y económico, tal y como se ve en lo que nos cuentas, a escala municipal, no hace otra cosa que destruir los parajes naturales. Requiem por los árboles centenarios.
Motivo para manifestarse. Aunque también hay otras formas de rebelarse ante eso, y muchas van encaminadas a recuperar la sabiduría de viejos agricultores que durante siglos han estado cultivando la Tierra y obteniendo de ella sus frutos sin utilizar ningún elemento químico nocivo. Sólo agua y estiércol.
Un abrazo desde La Mancha.
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