sábado, 23 de abril de 2016

CAMBIOS DE TEMPORALES




Si  el pasado año comenté que el agua caída había sido demasiado escasa pero muy bien distribuida a lo largo del ciclo vegetativo, con lo que se consiguió una cosecha bastante buena.
En cambio en este estamos sometidos a un continuo paso de borrascas muy lentas, pues algunas se mantienen lloviendo días enteros, con algún amago de granizo y fuertes vientos, llegando a caer en un solo día cuarenta litros por metro cuadrado cosa que muy pocas veces sucede en este clima.

Con esta abundancia de lluvias los sembrados tempranos están ya casi encañados, conservando la humedad mucho tiempo con lo que se teme el desarrollo de hongos y pulgones ataquen con gran virulencia y se hagan endémicos, pues los pasados años ya se hicieron sentir.

Para prevenir estos ataques se han hecho muchas pruebas diferentes, y se cree que lo mejor sería poder quemar los rastrojos en Septiembre, pues el hongo cuando la planta pierde el verdor donde vive se refugia en el suelo en estado latente, hasta que en la próxima cosecha renueva el ciclo.
Pero no sé si la administración o los ecologistas no quieren ni hablar de la quema de rastrojos, y pase como en el caso de la apertura de cauces en los ríos para evitar las inundaciones, solo por no quitar la vegetación.
 En el caso de que el fuego fuera imprescindible había que tomar las más estrictas medidas de seguridad para que no afectara más que a las parcelas tratadas, pues cualquier descuido podía tener graves consecuencias.
Dado el monocultivo cerealista que se va imponiendo en esta zona, había que tomar una determinación efectiva, y no quedarse con medias tintas como sucedió en el caso de los cauces, ya que no se puede estar en la procesión y repicando.
La siembra del girasol, único cultivo que nos queda sin contaminar de plagas, puede retrasarse en exceso este año, ya que las tierras bien preparadas con una labor profunda de vertedera se está empapando demasiado, y en hondones y ribazos se tardará en poder prepararlas para su siembra.

Esta abundancia de lluvias ha venido muy bien para la veza temprana y ha puesto de manifiesto que las tierras sembradas de vezas unos cuantos años están menos desarrolladas. También parece que influye su atraso el que los herbicidas que se han usado son residuales, y poco a poco la tierra se va envenenando quedando estéril, por lo menos para el cultivo de leguminosas.

Este fenómeno se vio claramente, cuando pocos años atrás, se perdió el cultivo de las lentejas que aquí se daban muy bien lográndose unas cosechas muy buenas, igualándose casi en resultados económicos a los cereales.


Este lento fenómeno nos está condenando en pocos años a quedarnos solo con el monocultivo de los cereales cuyo mercado está a la baja, no sé si por su abundancia internacional o porque no sabemos sembrar las clases de trigo que demanda el mercado.
Según me ha contado un familiar que va ha sacar grano de los puertos, este está mucho más limpio y presentable que lo nuestro por lo que los fabricantes lo prefieren haciendo bajar el precio. 
Cuando recogía el cereal el servicio nacional del trigo exigía más limpieza por lo que había que hacer una limpieza adicional en la era para que se aproximara al peso especifico demandado internacionalmente y pudiendo competir en precio con los mismos.
Recientemente la ministra de agricultura recomendaba sembrar trigo de fuerza muy deficitario en España, teniendo que importar mucho del extranjero, para atender la demanda de muchas industrias que aquí lo necesitan.
  Esta dependencia de un solo medio de producción puede ser muy nocivo y peligroso por si falla. Está demostrado que es más conveniente depender de varios como aquí siempre se hizo pues además de los cereales se recogían lentejas, garbanzos, muelas y yeros, se cultivaban las viñas y el vino sobrante se vendía a los pueblos cercanos que no tenían viñedos, había ganadería tanto de ovino como de vacuno que actualmente han desaparecido y otros muchos complementos que la gente sabia aprovechar para hacer con todos su modo de vida.
No quisiera con esto dar la impresión de retrógrado, pues en mis tiempos de labrador siempre me gustó usar los modernos avances que iban saliendo. Además me siento muy orgullo de haber arado con mulas y en cambio mi nieto labra con un tractor guiado por satélite.

También me dice que para hacer los giros cerrados se hace más rápido a mano. En las fincas grandes que se pueden trazar rectas de más de medio kilómetro el avance de la labor es tremendo sin usar los marcadores normales y se evita gastar el jaboncillo de marcar, pues la señal del satélite dirige al tractor siempre en líneas rectas paralelas sin la intervención del tractorista.


Que todos estos avances sean para el bienestar de las nuevas generaciones y nosotros dar las gracias por llegar a verlo.