viernes, 23 de mayo de 2014

BAUTIZO EN MORATINOS




Si los pocos bautizos, que actualmente se celebran por la escasa natalidad, revisten cierta notoriedad, el celebrado en Moratinos el día 18 de Mayo constituyó una verdadera fiesta pues los padres de la criatura pertenecen a dos familias muy entroncadas en el pueblo desde hace muchas generaciones.
Aunque por causa de la emigración estas nuevas familias, como en este caso, residen en el país Vasco, tienen por orgullo reunirse todos en el pueblo para celebrar las fiestas familiares más importantes.
Esto en los pueblos pequeños no deja de ser motivo de alegría y rompe la monotonía que nos invade cuando todos los días son iguales y les falta la preocupación y lucha por la vida, que va decayendo según los años pasan.

Agradecidos debemos estar a los matrimonios jóvenes, pues parece que se han tomado en serio el problema de la baja natalidad  que padece toda España desde hace años.
Parece que en los pueblos pequeños y medianos este problema tiene muy mal arreglo, pues al faltar la juventud no puede haber matrimonios jóvenes que son los que siempre tuvieron los hijos.

Bueno es que en los grandes núcleos urbanos abunden los matrimonios con dos hijos  con lo que se podía ir poco a poco disminuyendo el problema. Claro que los entendidos en estadística de población dicen que solamente para que la pirámide poblacional se mantenga a cero, hace falta tener dos hijos y medio en un cálculo general, ya que este medio es el acumulativo entre la suma de los matrimonios fértiles. Entre estos alguno tendría que tener tres hijos para llegar a la cantidad antes dicha.
Pues si nacen dos y mueren dos se necesita ese medio para compensar los matrimonios estériles y un porcentaje no despreciable de los que se quedan solteros.
Aunque tener hijos es una decisión muy personal no estaría mal que aprovechando este ambiente favorable se llegara a tener tres hijos, con lo que aumentaría la tasa de natalidad.
Con ayudas efectivas del Estado podría ser factible y seguiríamos el ejemplo de los pueblos del Norte de Europa, donde existe este apoyo desde hace ya muchos años.
En nuestro tiempo cuando se llegaba a tener cuatro hijos te daban el título de familia numerosa que te valía para un pequeño descuento en el tren y poco más, pues aunque también daban preferencia para obtener becas de estudios, en estos pueblos tan divididos, como tenían que informar si tenías o no tenías, nunca me dieron una perra.
Durante la ceremonia del bautizo recordé las diferencias que existían con el actual. En primer lugar el niño le llevaba la matrona, que era la vecina entendida que asistía a los partos acompañada de los padrinos, el padre y los demás familiares. Las madres se las consideraba impuras y no podían ir a la iglesia antes de los cuarenta días del parto.
Pasados estos se hacía una ceremonia muy íntima y bonita que se llamaba “salir a misa”
La madre con su hijo eran recibidos por el cura a la puerta de la iglesia donde se rezaban unas oraciones en memoria de la Purificación de la Virgen, y bajo la estola del celebrante eran conducidos ante el altar.
Esta ceremonia servía también como presentación del hijo a las amistades que la habían visitado durante esa larga cuarentena.
Recuerdo vivamente la cara que ponía el niño cuando el cura le ponía un poco de sal en la boca. Enseñado su paladar a la leche materna escupía la sal con rabia y algunos expresaban su rechazo con una buena llorina.
Que contraste existe entre los que nos dieron la sal, que era símbolo de sabiduría y no aprendimos las letras hasta que íbamos a la escuela y los niños actuales que aprenden las letras a los pocos años y cuando van a párvulos ya saben leer.
Es maravilloso y digno de encomio que el adelanto del mundo se haya dejado sentir hasta en los niños recién nacidos donde se aprecia un adelanto en todas sus manifestaciones cognitivas.

Todo esto deseamos que sirva para bien y provecho de Ane, la niña bautizada hoy, y que lo disfrute durante su larga vida.

Con este ferviente deseo damos también la enhorabuena a sus padres y abuelos.            

domingo, 18 de mayo de 2014

SAN ISIDRO 2014

   

Este año amaneció un día desapacible con un fuerte viento frío impropio de este mes, que se va pasando sin llover nada, pues parece que el anticiclón se ha clavado en el Atlántico y desvía hacía el Norte todas las borrascas.

Como de costumbre se sacó en procesión a San Isidro con el pendón por delante a pesar del fuerte viento y la bendición de los campos, acompañado del disparo de cohetes, que dan un tono de fiesta grande a esta celebración.


Después de la misa hubo el tradicional refresco en la plaza con el paso de peregrinos y la nueva asistencia del personal del hostal Moratinos, a los que pareció muy bien esta costumbre.



Con la aportación del restaurante el Castillo, del albergue San Bruno y familiares de la junta vecinal el menú de este año resultó muy abundante y variado, con lo que la asistencia se va aumentando cada año.



Los muchos días que han pasado sin llover está perjudicando al campo, pues el girasol nace muy mal y acaso haya que sembrarlo de nuevo, los cereales y forrajes también lo están sintiendo, pues el agua de Mayo es fundamental para todos los cultivos.
Además este año, no sé si es a causa de la sequía, se ha desarrollado con mucha virulencia una clase de enfermedades que antes no se conocían. Al cereal le ataca un hongo llamado septoría que va secando los tallos cogiendo un color blanco desde su base que perjudica el desarrollo  de la espiga.



Su tratamiento resulta caro pues dicen que su efecto es limitado y para ser efectivo había que dar otra mano pasado un mes con el deterioro que supone hacer el tratamiento con el tractor.
También ha cogido mucho desarrollo una hierba parasitaria llamada brumus que no se la puede tratar en siembras de cebada por ser muy sensible, no así el trigo que resiste bien el tratamiento.

El pimentón o roya que ya se daba antes, ha cogido también mucho desarrollo especialmente en el trigo al que pone roja la volandera quitando a la planta mucha fuerza.


En las alfalfas también ha tomado mucha fuerza el coquillo, que a pesar de ser un bicho muy pequeño al crecimiento de sus crías come las hojas de la planta, con lo que el forraje resultante pierde mucha presentación.
Aunque sea muy difícil probarlo se ha generalizado la opinión de que muchas de estas plagas son desarrolladas por los mismos laboratorios que después venden los productos para combatirlas.
Como mi afición a pasear por el campo no cede a pesar de los años, he podido observar que este año no se ve en orillas de los caminos y fincas que se veían afectados el año pasado de una especie arbusto muy espinoso con una florerilla  amarilla que cada año iba ensanchando su frente de ataque como una marea incontenible.
Pues bien este año por más que he mirado en muchos sitios donde atacaba antes, no he sido capaz de encontrar ni rastros de estos espinos. No se si pensar que las circunstancias metereológicas no les han sido favorables o su rápida desaparición se deba a que la vida que le programaron en el laboratorio, al ser sus genes artificiales no tienen la resistencia suficiente para durar muchos años.
Acaso esto sea una falsa suposición mía y vuelvan a aparecer el día menos pensado pero creo que si fuera de origen natural tendría los muchos años de persistencia que tienen otras malas hierbas. De esto sirva el ejemplo de la avena loca o el alverjón que con su capacidad de no germinar más que cada dos años han logrado sobrevivir durante siglos a la acción de las intensas labores de barbecho y a los más sofisticados y caros herbicidas.

A pesar de creer firmemente en el avance de todos los aspectos de la vida, el oficio de labrador requiere cada vez más sofisticación y conocimientos para enfrentarse a estas plagas cada día más numerosas, y saber comercializar sus productos frente a las grandes multinacionales que dominan el mercado mundial.      

martes, 13 de mayo de 2014

BODAS DE ORO DE ANTONINO Y NATIVIDAD







El día 10 de Mayo pasado se celebró en la iglesia de Santo Tomas de Moratinos las bodas de oro de los hijos del pueblo afincados en Valladolid, Nati y Antonino. Este último merece tal título por la vinculación que siempre ha tenido con el pueblo y con su trato afable se ha ganado la amistad de todos los vecinos.

En cuanto a Nati no tiene ninguna objeción, pues aquí nació y compartió su infancia y juventud hasta que se casó junto a sus padres y hermanas. Ni que decir tiene que este matrimonio como muchos de entonces, en los que nos incluimos, deseamos tener muchos hijos que en este caso fueron cinco, Ángel, José, Tere, Puri y Juanma, todo un buen ramillete que en estas celebraciones compensan todos los trabajos y privaciones que tuvieron para criarlos.



Agradecidos debemos estar los vecinos de Moratinos por la buena costumbre que se va imponiendo de celebrar en el pueblo actos transcendentales como estas bodas, y el bautismo de los hijos de los que aquí marcharon para ganarse la vida en el amplio mundo.

Sería una pena que el paso de las generaciones mermara esta costumbre muy enriquecedora para ambas partes. Nosotros ganamos en modernidad y ellos pueden recordar las costumbres de sus ascendientes, que aunque la vida les vaya lo mejor posible y los encumbren a puestos de relevancia, nunca renieguen de sus orígenes y se sientan orgullosos de ser de pueblo.




Tanto a mi mujer Raquel como a mi la ceremonia nos resultó emocionante, pues además de no faltar ningún detalle, nos hizo recordar nuestras bodas  de oro de hace diez años.

El paso del tiempo que parece todo lo olvida, no puede borrar el estado de emoción indescriptible que estas ceremonias proporcionan al sentirse rodeado de los hijos, nietos y demás familia y seres queridos, que se sienten obligados a que el matrimonio pase uno de los días más felices de nuestras vidas.

Según confesión de Antonino al terminar el acto me dijo, que se sentía contrariado por no haber podido decir unas palabras de agradecimiento por la masiva asistencia, pues la mucha emoción que sentía en aquel momento se lo impidió.



Esta conducta que denota su grandeza de alma me trajo a la memoria un caso parecido que nos pasó en nuestras bodas y para que se calmaran se lo detallé. Habíamos convenido con el organista y la vocalista que al terminar el acto entonara el Salve Regina a la Virgen del Rosario, a la que mi mujer fue siempre muy devota.

Pues bien, llegado el momento, el conjunto de emociones durante la ceremonia sentí como un nudo en la garganta que me impedía entonar nada, a pesar de que el organista me daba el tono para la entrada. Gracias a la vocalista que apreció el problema me sacó del apuro.

La similitud de estos dos casos nos debe hacer comprender lo iguales que somos las personas en nuestro interior aunque nos parezca en lo exterior muy diferentes.



Con todos los asistentes en la iglesia engalanada, nuestro párroco D. Gaspar nos ofreció una homilía muy apropiada al acto recordando el sacramento del matrimonio con la imposición de anillos y la entrega de las arras que ahora se hace por duplicado porque la mujer ahora está tan obligada como el marido a atender las necesidades del hogar.


También dio mucho realce al acto la actuación de un buen organista de la familia del novio, que nos obsequió a la entrada de la novia con la marcha de Mendelssohn, al ofertorio con la excelente Ave María de F. Shubert y otras muchas composiciones.    

Acostumbrados a oír en la consagración la marcha real con dulzaina y tamboril, que me perdone el buen organista Juan Valero pues me pareció un tanto apagada, ya que el excesivo acompañamiento la priva del ritmo y viveza que toda marcha necesita.

A la salida no podía faltar la lluvia de arroz y serpentinas que inundaron el pueblo con sus imitaciones de billetes, llamando la atención de los peregrinos a Santiago que se agachaban para verlos.

También se sirvió para todos los vecinos un abundante refresco intercambiando saludos entre los que asistían a estos actos por primera vez en un pueblo.

Después del buen banquete servido en el restaurante El Castillo, instalado recientemente en este pueblo se organizó un animado baile a la puerta de los novios en la plaza donde hubo de todo menos la juventud autóctona que desgraciadamente falta en muchos pueblos como este.


No debo cerrar esta crónica sin recordar las vivencias que he tenido durante los sesenta años de mi estancia en Moratinos.

Para satisfacer su afición por la caza Antonino se trasladaba desde Valladolid casi todos los fines de semana hábiles para ella. Según propia confesión, la noche del viernes después de descabezar un fugaz sueño, cogía su coche y llegaba a este campo muchas veces antes de amanecer.

De esto puedo dar fe pues para eludir las horas de calor muchas faenas agrícolas se realizan durante la madrugada más extrema, y muchas veces me cogía la delantera Antonino, que antes de amanecer ya se le vislumbraba maneando los sitios más propicios para la caza. Muchas veces comentábamos juntos las incidencias del día aunque por poco tiempo, pues enseguida continuaba incansable buscando las piezas entre los muchos vericuetos que estas usan para protegerse.

Hasta bien entrada la tarde no se le veía entrar en el pueblo para descansar en casa de sus suegros del inevitable desgaste que esta afición lleva consigo, en especial días de calor.

Siempre conocí a los padres de esta familia de Antonio e Isabel afanados en sacar adelante a sus siete hijas labrando sus fincas y complementando esto con alguna labor de albañil que le mandaran.

Por ser de más edad que nosotros, cuando ellos dejaron de tener hijos cogimos el relevo siete matrimonios más jóvenes de manera que el nacimiento de nuestra hija Avelina coincidió con el de otros seis quintos, logrando con ello un gran aumento de natalidad.

Nunca podré olvidar las lagrimas que Antonio un hombre que parecía brindado por la vida, derramaba cuando se enteraba del nacimiento de otra hija. Solo por el ferviente deseo de tener un hijo merecía que Dios se lo hubiera concedido, pues el segundo que tuvo en el matrimonio no se le logró. Cuando en la ceremonia se pidió por nuestros difuntos me acordé de Marucha, la hija mayor de este matrimonio que como estuvo casi siempre aquí fue a la que más conocí. Muchacha hacendosa y voluntaria que heredó de su madre la voz y la afición a cantar, que desarrollaba en cualquier faceta de su vida, además de ser el alma mater del coro en la iglesia.

Cuando los herbicidas no habían llegado al campo se cogían cuadrillas para escardar los sembrados y vendimiar los muchos majuelos que entonces había.

Siempre contaba con Marucha pues sabía que la encantaba ganar algún dinerillo y convivir con sus compañeras.

Alguna vez para combatir la monotonía de estos trabajos la invitaba a que nos cantara alguna canción del variadísimo repertorio que tenía, a lo que accedía muy gustosa. Nunca había pena donde Marucha estuviera, pues también tenía un don especial para contar chistes.

Con esto no descuidaba la labor pues con su destreza manual su líneo siempre era de los primeros.

Podría alargar esto mucho más pero no lo juzgo oportuno, pues mi memoria funciona y recuerdos no me faltan.

Solo deseo que las nuevas generaciones que lo lean sepan sacar las consecuencias oportunas que más les convengan para su vida actual.



          Como regalo de vuestras bodas de oro os he compuesto este pequeño poema

       

Antonino es su nombre
Y siempre fue buen chaval
Ella buena ama de casa
Y se llama Natividad



En Valladolid fundaron
Con alegría su hogar
Porque allí nunca faltaba
Donde poder trabajar



Modesto junto a Raquel
Que en este pueblucho están
Os desean estéis bien
Y vengáis más por acá



La jubilación ganada
Trabajando día a día
La disfrutemos a tope
Hasta el fin de nuestros días

viernes, 9 de mayo de 2014

RECUERDOS DE UNAS VIDAS



El pasado día 30 de Abril se celebró en Arenillas de San Pelayo un encuentro donde se pretendió honrar la memoria de muchos de mi edad que por carecer de medios económicos tuvieron que abandonar incluso la escuela primaria.
Se convocó a esta reunión a tres señoras que aprendieron a leer y escribir de avanzada edad, y que después, por consejo de sus hijos, no solo aprendieron a escribir sino que con mucha dedicación y esmero, lograron escribir un libro o componer poesías muy inspiradas.
Como ya he contado en mi blog en la época de la segunda República hubo maestros muy buenos como D. Paco con el que yo aprendí lo más indispensable. Pero con una injusticia memorable, y solo por razones políticas, estos buenos maestros fueron relevados por otros afectos al régimen, que tenían poca preparación y nula vocación de enseñantes.

Como complemento a las declaraciones personales aportadas por estas tres señoras las organizadoras del encuentro creyeron oportuno que escribiera una cuartilla donde contara mi época de estudiante y que transcribo a continuación. 
           

LOS   AÑOS   DE   ESTUDIANTE

Con motivo de este encuentro Toñi me propuso que hiciera un pequeño resumen de mis años de estudiante.
Sobre esto puedo deciros que en aquellos años nos tocó padecer en San Nicolás un maestro muy deficiente. Mis padres quisieron que mejorara mi formación con la ayuda de unas lecciones que me dio D. Ángel, cura de mi pueblo, y que de joven había tenido preceptoría, que era donde se preparaba a los jóvenes para ingresar en el seminario.
De muy antiguo existió en mi pueblo una fundación benéfica llamada Obra Pía, fundada por una señora que donó sus tierras para que con la renta que producían se diera una beca a todo joven que estudiara para cura, y que fuera natural de los pueblos San Nicolás, Riosequillo, y Villambrán.
Aunque el importe de estas becas no daba para mucho, los cuarenta duros anuales servían como estímulo para que jóvenes de estos pueblos empezaran a estudiar en el seminario consiguiendo que en estos salieran curas más que en otros muchos

En el seminario de entonces primaba la enseñanza del latín, lengua en que se estudiaba toda la carrera. En los dos cursos que estudié en el seminario de León teníamos mañana y tarde clases de él, con lo que asimilé una tanda de latinajos que no he sido capaz de olvidar.
 También nos enseñaban, aunque en menor cuantía, lo que entonces se llamaba humanidades, que englobaban historia de España y universal, geografía, aritmética, geometría, que por cierto me encantaba estudiarla, a pesar de que no teníamos de ella más que una clase semanal.
También teníamos clase de canto coral y solfeo en sus primeras nociones, que nos servía para educar la voz, y muchas conferencias sobre educación tanto civil como eclesiástica.
Esta supremacía del latín sobre las humanidades creo que lo hacían para que muchos no pudieran convalidar los estudios para el bachillerato civil.
Con este pequeño bagaje llegué a los 15 años, época en la que se empezaba a ayudar a los padres en las faenas del campo. En mi caso casi era de obligación por ser el único hijo varón de la familia, por lo que, sin ningún trauma, empecé el oficio de labrador al lado de mi padre, y en el que he sido feliz toda mi vida.


Entre los pueblos de San Nicolás donde nací y me crié y Moratinos donde me casé y fundé una familia, he repartido mi vida que no ha dejado de tener momentos de privación y trabajos, compensados con otros como el disfrute de los hijos y la buena salud que me ha acompañado hasta ahora.



En este ambiente rural han pasado los años sin sentirlos, y llegada mi jubilación cedí los tratos a una hija que sigue de labradora, pues los otros tres restantes ejercen sus carreras en las capitales correspondientes.
Con la cantidad de tiempo libre que da la jubilación me dio la manía de escribir cosas de mi vida y costumbres de estos pueblos, y parece que gusta leerlas.
Desde la perspectiva que dan mis 87 años veo el paso de dos cursos por el seminario, como la semilla que fructificó con mi gran afición a la lectura y el afán continuo de aprender cosas, que siempre me han proporcionado bienestar y mucha satisfacción.






Acabado el encuentro nos hicimos una foto con nuestra vecina Milagros delante de la pobre lápida que recuerda a D. Esteban Vega Doncel.
Siempre creí que con las donaciones de toda esta zona de la Valdivia sería suficiente para erigir por lo menos un buen busto, pero veo con desilusión que no alcanzó más que para una placa.
Esto me hace pensar lo cicateros que somos cuando se trata de honrar a un benefactor tan completo como Esteban. 

En muchas zonas de este país hay numerables monasterios y abadías abandonados, pero no surgen personas tan decididas como Esteban para que sobre las ruinas de una abadía en Arenillas de San Pelayo levantar un centro cultural muy completo, que es el ejemplo y envidia de muchos pueblos importantes de esta zona.


Cuando hice mi donación ya vi que las listas de firmas estaban más concurrido que el bote donde se echaban las donaciones y me causó un gran pesar el que un destacado asistente a los encuentros me afirmó que lo más interesante era firmar en las listas.
Le dije que creía más importante la contribución si queríamos hacer algo que merecía la pena.
Recordé con pena una sentencia de mi abuela, que complementada a este efecto decía así “(Firmas) salves y credos pero los cuartos quedos.”
                       

LA EXPLOSIÓN DE LA PRIMAVERA

   
 Cuando fui labrador en activo apenas me daba cuenta de estos maravillosos cambios de las estaciones, pues a pesar de estar mucho tiempo en el campo, el ajetreo de las faenas absorbía la mente casi por completo.
La primavera es la estación más bonita del año pues se cubre todo de color verde que es el de la esperanza. Es cuando los árboles florecen y nos presentan sus frutos. Es maravilloso ver cuan pequeños son cuando empiezan y el proceso que siguen, pero como les atacan muchas enfermedades hay que estar atento con el sulfatador a la espalda.




Es gratificante verlas crecer y no te digo nada cuando están maduras.  Con qué satisfacción se come cualquier fruta que tu has cuidado. También llega el tiempo de plantar toda clase de verduras, pues en este clima nuestro si las plantas antes de Abril la helada puede dañarlas y tener que volver a replantarlas.


Ahora aquí en Castilla esta todo verde como pasa todo el año en Galicia. Los cereales están muy adelantados ya tienen espiga, pero a los labradores les toca también merodear por el campo tirando los herbicidas, pues cada año sales malas hierbas que se hacen resistentes a estos productos, y si no se tiran consumen al cereal perdiéndose un año de trabajo.
Este es un oficio muy duro pero cuando viene la recolección, si es buena, gratifica mucho ver compensado todo el trabajo que has empleado.
Si comparamos los años cuarenta y cincuenta en que fui labrador con los actuales que son mucho más descansados. Ahora todo lo hace la maquinaria, van en su cabina con aire acondicionado y cuando se bajan parece que han estado en una oficina. Pero como en el campo todo tiene su contra partida si tienen alguna avería no es muy agradable arreglarla sobre todo si son horas de calor.
Ahora en quince días se hacen las faenas de la recolección, en cambio antes nos duraban dos meses a base de agachar el riñón todo el día con la hoz, la guadaña o apañando detrás de la máquina gavilladora, trillando o beldando después en la era.
También a las mujeres las ha llegado el progreso pues antes además de salir al campo a trabajar tenían que hacer el pan, lavar y demás labores de la casa. Ahora tienen máquinas para todas estas labores quedándolas más tiempo para disfrutar de la familia y ponerse al tanto de todos los adelantos mediáticos que existen.
Disfrutando de la jubilación me sobra tiempo para todo y contemplar los maravillosos procesos que la naturaleza realiza automáticamente sin alterar el orden establecido desde hace muchos siglos.
Por tener una huerta con árboles frutales junto a mi casa, los contemplo casi a diario y aprecio cosas que apenas conocía, como la polinización de los nogales.
Esta planta originaria de Oriente pero que lleva siglos aclimatada aquí se poliniza de una manera muy particular. 


Antes de la salida de la hoja brotan como unos barrilitos alargados que producen el polen macho. Después de unos días en que el aire este cargado de polen, aparece el principio de la nuez, provisto de unos filamentos que recogen el polen suspendido en el aire.
El nogal ha tenido muchas aplicaciones, pues además de la producción de nueces su madera ha sido siempre muy apreciada para la construcción de muebles, y por carecer casi de vetas es la más usada para la talla de imágenes y la construcción de bellísimos coros que lucen en catedrales, cenobios o parlamentos.


Con la cantidad de estos monumentos esparcidos por todo el mundo el nogal tuvo que ser cultivado en grandes cantidades para abastecer la demanda que existió en aquellos tiempos.
Otra de las ventajas que tiene esta rica madera es que una vez tallada con un tratamiento especial y el paso del tiempo coge un color oscuro y brillante sin tener que usar barniz ni pintura alguna.

Agradecidos tenemos que ser con nuestra madre naturaleza que cada día nos revela muchos detalles cual a cual más hermoso.