sábado, 14 de febrero de 2015

CONCENTRACIÓN VOLUNTARIA


Siguiendo con los relatos de los viñedos, hoy os cuento cómo se hicieron fincas grandes uniendo otras más pequeñas.
Como no había llegado la concentración oficial, que hizo crecer el tamaño de las fincas, se buscaba poder cambiar alguna  que lindara, para hacer la plantación de viñedo lo más extensa posible. 

También se logró poner de acuerdo a los labradores interesados en poder plantar en un determinado lugar para que se formara un pago compacto de majuelos, que juntos tenían menos daños, tanto del paso de los aperos de labranza de las demás fincas como del contacto de la ganadería de ovejas, en aquel tiempo muy abundante.
Todas estas condiciones, que parecen tan difíciles, se llevaron a efecto en San Nicolás formándose un buen pago de viñas con el nombre de El Pandero-La Loma con una extensión aproximada de veinte hectáreas entre tres labradores, que siguieron de viñas hasta que llegó la concentración y las subvenciones por arrancar los viñedos.


También para no tener conflictos con las fincas colindantes se actualizo la diferencia entre árboles y arbustos. 
La vid está considerada como arbusto y no se puede plantar a menos de medio metro de la linde.
En cambio los chopos y demás árboles frutales y otros de más porte tendrán un margen mínimo de dos metros para que las raíces, que son más potentes, no puedan alcanzar a la finca próxima.
A este respecto oí comentar a unos labradores de tierra vega, que esta distancia de dos metros para el chopo era muy pequeña, pues en muchas vegas es tal la expansión de sus raíces que hacen incultivables las estrechas parcelas que quedan entre las dedicadas al chopo, normalmente propiedad de emigrantes del campo a la ciudad, que por las subvenciones las dedican a este fin.

Esta disposición de la gente al cambiar parcelas y actuar de común acuerdo nos demuestra que, cuando se trata de lograr un beneficio, no somos tan insolidarios como a simple vista parece.
Como esta etapa fue muy importante en la recuperación económica de los años de la posguerra, quiero seguir detallando este cultivo de la vid detenidamente en todas sus facetas a pesar de poder caer en reiteración, pues fue un complemento muy importante del cultivo del cereal que actualmente domina nuestra agricultura, si exceptuamos el nuevo cultivo de girasol y algo de forrajes.

El cultivo de la lenteja, que hace pocos años dio buen resultado en esta zona, ha sido abandonado también debido al exceso de herbicidas y su mala comercialización.
Otro nicho importante de la economía de estos pueblos era la ganadería. La de vacuno hace pocos años desapareció, dicen que por exceso de normas sanitarias impuestas por la administración, y la lanar por no encontrar ya personal competente para atenderlo, trayendo como consecuencia la proliferación en el campo de las malas hierbas, que la oveja se encargaba de tener a raya.
Todas estas carencias hoy en día serían muy difíciles de subsanar, pero convendría sustituirlas por otras, que con el avance de la mecanización podrían adaptarse.
El monocultivo excesivo de cereales está expuesto a sufrir las veleidades del comercio internacional, y a no ser competitivo frente a las grandes extensiones que imperan en todo el mundo.


El dicho lapidario de Miguel de Unamuno “que inventen ellos” nos hizo ir a la zaga de lo moderno. Debemos cambiarlo por ser más constantes en hallar, con buena voluntad y conocimientos, las más modernas técnicas adaptadas a esta zona.                   

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