domingo, 11 de enero de 2009

RECUERDOS DE ALMERÍA

Para aprovechar la mañana salimos a las ocho. Con el sol naciente, desde la autopista del Mediterráneo, se divisa en su totalidad la gran bahía de Almería, cuyo nombre en árabe significa espejo del mar.
Y en verdad que las aguas serenas de la mañana, heridas por el sol, contrastaban como un espejo sobre el fondo montañoso del Cabo de Gata.
Aquí decía el guía, que era donde menos llovía de toda España, pero la naturaleza, para compensarle de esta falta, le otorga una bruma mañanera que humedece sus resecas montañas.

La mayor parte del tiempo lo pasamos en la Alcazaba,
Se asienta sobre una loma escarpada, que a medida que asciende, se van sucediendo sus tres fortificaciones


.















Sin duda, en aquellos tiempos esta fortaleza sería inexpugnable. Como en el caso de Peñíscola, tiene unos manantiales interiores de agua dulce, que provienen de las filtraciones de la nieve en Sierra Nevada que, en parte, pertenece actualmente a la provincia de Almería.
Los Reyes Católicos, al conquistar Granada, se hicieron definitivamente con este bastión defensivo, construyendo en lo más alto un castillo-fortaleza, en lo que ya destacan los signos cristianos de cruces y campanas.
Hasta en las bocas de fuego de los cañones, tienen una mirilla en forma de cruz. Con mucha guasa andaluza el guía que nos tocó, un prodigio de saber en su materia y con un sentido del humor que nos encantó a todos, nos decía: “Mucha crucecita pero hay va el pepinazo”.
Unos años anteriores a estos hechos, los Templarios ya quisieron conquistarla. Por mar, la flota árabe apostada a la entrada de la bahía, la defendía sobradamente, teniendo que recurrir a atacarla por tierra.
En una loma paralela y más elevada, construyeron una fortaleza alargada, desde la cual intentaron, sin resultado, atacar con cerbatanas cargadas con bolas de piedra que labraron canteros vascos y catalanes. Actualmente están bien conservadas y las muestran como recuerdo y reclamo turístico.


La catedral por fuera se parece más a una fortaleza. Su construcción se tuvo que hacer casi a escondidas de los moros, que eran casi la mayoría de la población. Por la noche les robaban hasta las piedras, y no les quedó más remedio que construirla por partes y disimulando el estilo de catedral para no soliviantar a los moros.
Por dentro y ya al abrigo de la oposición árabe, se esforzaron por hacerla lo más bella posible.
Tiene tres bóvedas rebajadas e iguales de estilo gótico, pero sus vidrieras son sustituidas por pequeñas luceras multicolores, que dan luz policromada a la oscuridad que predomina en el interior.
El trascoro, dos órganos y la sillería del coro no tienen nada
que envidiar a lo de otras catedrales.





































En el puerto, una compañía holandesa está construyendo un gran dique,en terrenos ganados al mar, para el embarque de la ingente producción de frutas y hortalizas que en esta región se cultivan

No hay comentarios: