domingo, 22 de mayo de 2011

DOMINGO LIBRE ( 8 DE MAYO )

Como no teniamos excursión ese día lo dedicamos a conocer el hotel y sus alrededores.





















Al no haber iglesia próxima, tuvimos que ir a misa a un pueblo cercano que se llama Ferrerías, pueblo muy dinámico que en pocos años ha aumentado su población considerablemente.
En su iglesia, que llenamos con más de sesenta castellanos, nos dijo la misa en mallorquín un anciano sacerdote ayudado por un sacristán de su misma edad. Siguiendo con su rutina no se dieron cuenta que, cuando decían algun rezo que todos entendíamos, la iglesia se animaba con el rezo de todos los asistentes. Con unas breves palabras nos dirigió un saludo en buen castellano.
No quiero criticar a ninguna de las diecisiete autonomías que existen en España pues todos procuramos destacar lo nuestro.

¡Qué fácil hubiera sido y agradecido por nosotros, que ese día, en que llenamos media iglesia, se hubiera dicho la misa en castellano, lengua que se entiende en toda España como lo demuestra que en cuestion de negocios y turismo nadie la rechaza!
¡Qué pobre espectáculo ofrecemos a los extranjeros con nuestras rencillas autonómicas totalmente opuestas al espíritu que debiera unirnos como españoles!
Prometí hablaros del culto especial que los colonos menorquines rinden a sus caballos, con los que cultivaban sus campos y que están muy bien adaptados a la doma en todos sus aires, como paso, trote y galope.
Por San Juan, 24 de Junio, celebran tres días de festejos, que llaman "jaleos", basados en toda clase de exhibiciones ecuestres.
Principalmente los jóvenes se lucen en encabritados espectaculares que son acompañados por los de su grupo que tratan peligrosamente de ayudar a mantener el caballo en alto lo más tiempo posible con sus cuerpos. En estas elevaciones no faltan algun acidente, que es soportado con orgullo como muestra de valor.
El último día de estancia en Menorca, visitando una joyería, vimos expuesta una foto que por su peligrosa fidelidad nos impactó.

Pedimos a la dueña que si nos la podía vender y cual no fue nuestra sorpresa cuando comprobamos que la bella amazona que montaba el encabritado caballo no era otra que la que regentaba la joyería.


















Nos dijo que se llamaba Lupe Fuster Petrus, natural de Ferrerías y regentaba esta tienda ya varios años en Cala Galdana. Derrochando simpatia nos contó que siempre ha sido amante de los caballos y experta amazona como lo demuestra en esta foto saludando a sus padres.
Viendo nuestro interés por la foto de la que solo tenía aquella como recuerdo familiar, ideó la manera de copiarla en nuestra cámara y consintió que la sacaramos otra personal, pues la hacía mucha ilusión que pudiera publicarlas en nuestro blog.

Honda impresion nos causó esta dinámica mujer que además de las cualidades expuestas, posee un magnífico don de gentes,que no dudamos complacerá a todo cliente que pase por su establecimiento.

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