viernes, 23 de septiembre de 2011

TIEMPO DE OTOÑO

















Precisamente hoy, 23 de Septiembre, comenzamos una nueva estación : EL OTOÑO.

Este año viene un poco más retrasado, me imagino porque los muy sesudos astrónomos habrán calculado que el equinoccio de otoño era hoy.

Este gusto por la astronomía me viene de los tiempos de la escuela en San Nicolás, cuando nuestro gran maestro D. Paco nos sorprendió a todos los asistentes a sus enseñanzas.

















Sin previo aviso cerró todas las ventanas de la escuela y ésta quedó a oscuras. Prendió una vela que representaba la luz del sol y la puso en el centro de una mesa. Luego, girando la esfera terrestre alrededor de la vela, nos hizo comprender la posición del sol respecto a la Tierra en las distintas estaciones.

Con estas indicaciones nos hacía ver que los equinoccios señalan cuando los dos Polos están a la misma distancia del Sol y , por tanto, el día y la noche son prácticamente iguales en los dos hemisferios.

También nos contaba cómo en el invierno polar la noche era larguísima durante meses y, por el contrario, en el verano polar apenas se ponía el sol, ya amanecía de nuevo.

Para nosotros aquello fue un descubrimiento enorme que nos llenó de intriga para, en años posteriores de nuestra vida, profundizar en ellos.

Reposando ya sobre mis espaldas 84 otoños, aún recuerdo con cariño aquella estampa infantil que me ha dado pie a lo que os estoy contando.



En esta estación, además de disfrutar de una temperatura agradable, es cuando madura la mayoría de la fruta que se da en esta región.
La más adaptada es la ciruela, de la que este año hemos tenido una gran cosecha. Las peras, manzanas y membrillos con el tibio sol otoñal, llegan a su completa maduración.

















Capítulo aparte merecían hace años las labores de vendimias, que hoy se reducen a la mínima expresión, donde el corte de racimos se complementaba con el ajetreo de los carros para el traslado de la uva a las bodegas, teniendo que guardar el orden alternativo que imponía el solo servicio circular que tienen estas.
Las faenas de elaboración del vino en la bodega resultaban a veces tan duras como las faenas de verano.















El tufo o gas carbónico que desprende la fermentación las hacía peligrosas ya que pueden producir la asfixia si no se tomaban las convenientes medidas de seguridad.
La más segura y corriente era penetrar en la bodega lentamente y provisto de un candil de aceite y si la llama se apagaba por falta de oxígeno no se podía entrar.

Se procuraba airear la bodega con toda clase de ventilación o introduciendo unos manojos encendidos para que la onda expansiva del calor impulsara el tufo a salir por la zarcera.
Estas faenas de vendimias coincidían con el inicio de la sementera de los cereales, el cultivo principal de esta zona, por lo que la faena se dividía en dos etapas.


Durante el día se sembraba y las primeras horas de la noche se aprovechaban para dar los cortes necesarios al residuo de la uva, que cedía su último jugo bajo la presión de las vigas o las prensas.

















En estos últimos años se va imponiendo el cultivo del girasol para la obtención de su aceite.
Este cultivo con el color amarillo de sus grandes flores alegra el paisaje castellano poniendo un punto llamativo en el color ocre de los cereales.
Al final del otoño su color se torna oscuro como sus semillas que se cosechan con máquinas casi iguales a las de los cereales.
A estas se las dota de peines especiales que llevan un equipo de discos giratorios cuyas cuchillas horizontales cortan los fuertes tallos de esta planta, casi a ras de suelo.
El desgrane y cribado de las pipas se hace con el mismo mecanismo de cualquier cosechadora. En la zona trasera del despaje se las acopla un potente molino con el que se corta en pequeños trozos los largos tallos, para facilitar las tareas de siembra posteriores.
Si los precios se mantienen este cultivo puede ser un buen complemento del cultivo de cereales, casi exclusivo en esta zona y que tiene que luchar con la competencia de los precios más bajos internacionales.
También contribuyen a la diversificación de cultivos la alternancia de leguminosas, tanto de consumo humano como para forrajes, en cuyo apartado la alfalfa también puede ocupar un puesto preponderante.





Importante esta estación de otoño, pues en ella se recogen los frutos que durante el año han requerido el esfuerzo y trabajo diario

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Modesto:

Una aportación muy interesante ,voy a ponerla en el facebook para ver si alguien más le interesa lo que nos cuentas, a mi , ten por seguro que me encanta.
Un saludo
Angel Garicia Moral