viernes, 21 de junio de 2013

VARIEDAD DE VIVIENDAS


  
                                      
Desde los primeros tiempos de la humanidad el hombre ha sabido adaptarse a la vivienda que le resultase más cómoda y tuviese los materiales más próximos y mejores para su ejecución.
El hombre primitivo, carente de los medios actuales, encontró en las cuevas un refugio que la naturaleza le ofrecía para todos los climas sin apenas esfuerzo propio.
Con el aumento de la población mundial tuvo que darse maña para hacerse la casa adaptada al clima de las diferentes regiones.
Aunque nos parezca un tanto extraño los esquimales construyen sus iglús con la abundante nieve y hielo de que disponen. 



En zonas muy boscosas aprovechan la madera de los árboles trabando sus trocos con mucha precisión, logrando cabañas muy confortables por el gran aislamiento térmico que tiene la madera.
En las zonas cálidas y templadas se impuso, desde antiguo, el uso de la tierra como el mejor aislante. Además de tener esta cualidad, la tierra, tan abundante en todos los sitios, se empleó para hacer unos adobes livianos que, puestos en forma de espiga, tapaban los huecos que se formaban con maderas, generalmente de roble y abundante en muchas regiones españolas. Este estilo de construcción ha llegado hasta nuestros días con el nombre de “poste y carrera” y se ha puesto de moda en la recuperación de fachadas de algunos pueblos de la comarca.




 Cuando el agotamiento de los bosques se hizo patente, se prescindió de la madera y muchas casas actuales están hechas de “tapial” técnica milenaria que consiste en prensar entre dos tableros la tierra ligeramente humedecida.




Actualmente el adobe de tierra mezclado con paja está siendo sustituido por el ladrillo. Este adquiere más dureza al ser cocido en las “tejeras” donde se hacían también las tejas de tipo árabe con las que están cubiertas la mayoría de nuestras casas.
“El cemento armado” es de las últimas técnicas que aquí se usan, pues la mezcla de grava y cemento, reforzada por la ferralla interior dan una consistencia de tal fuerza que sirven para hacer el sostén de muchos edificios.

 


 Mas he aquí que una hija del pueblo de Moratinos que vive en Tenerife ha optado por hacerse una casa prefabricada de madera. Esto constituye una novedad para el pueblo en que tenemos las casas con las diferentes técnicas que he explicado. Sólo nos faltaba la casa de madera que gracias a la ilusión y afecto al pueblo de Mari Valle y familia tendremos en breve.
Con mucha curiosidad he seguido las etapas de su construcción. En un amplio solar se procedió a la instalación del agua corriente y desagüe municipales cubriéndolo con una capa de hormigón que sirve de cimiento a la casa.

 


 Una empresa constructora de esta especialidad trajo preparadas todas sus piezas de madera bien pulidas, que se han ido trabando con la misma técnica de las antiguas cabañas.


 


En los extremos de cada pieza lleva un rebaje que trabado con la de la otra pared hace una escuadra de fuerte muro muy bien logrado, cuyos extremos hacen de adorno en la esquina exterior.

 


Estas piezas de diez centímetros de grueso, son de pino muy cuidado, pues apenas se ven nudos, van unidas en toda su longitud con un exacto doble amachambre con lo que las paredes logran una solidez extraordinaria.
La orientación esta bien lograda pues tiene nueve metros lineales  de Este a Oeste y siete de Norte a Sur. Estas medidas nos dan una superficie edificada de sesenta y tres metros cuadrados.

 




Con una cuidada distribución nos da espacio para un amplio salón con su correspondiente zaguán de entrada. Es la pieza noble de la casa donde dan las puertas de los dos dormitorios, cocina y baño y hasta sobra espacio para un cuarto trastero o despensa pues está junto a la cocina.
Las tablas del techo también van ajustadas al máximo y según el encargado pueden llevar un revestimiento contra el calor a gusto del cliente. De todas formas la mano de barniz que dan al techo garantizan una estanqueidad perfecta.









 Además de esto cubrieron todo el tejado con unas escamas de plástico que imitan muy bien a las de pizarra natural que cada vez se usan más en la construcción.
Las siete ventanas son de estilo nórdico con tableros que se abren hacia fuera. Al cerrarse cubren una sencilla cristalera con cierres metálicos interiores que garantizan una buena defensa contra aguaceros y vendavales.
Dada la rapidez con que han rematado la obra no he podido sacar más fotos interiores, pero supongo que vista su inmejorable distribución, quedara una vivienda bonita y práctica, especialmente en el verano.
En contraste con lo que aquí se estila, estos operarios han trabajado sábado y domingo que les coincidió aquí, con una laboriosidad y disciplina respecto al jefe admirables. Esto nos recordó cuando el fin de semana no se conocía y los demás días se trabajaba duro.
Este detalle nos puede servir de aviso si queremos igualarnos con las demás naciones, pues esta crisis actual no es mayor de la que algunos recordamos después de la guerra civil. Sólo se salió de ella a base de trabajar mucho y economizar más, cosa que actualmente parece difícil de conseguir con las nuevas generaciones.
Este sistema de construcción que he detallado podría ser bueno en estos pequeños pueblos donde abundan los solares, fincas y huertos y sería fácil su instalaciónpues a veces el rehabilitar una vieja vivienda puede salir más cara que hacer una de madera.
Acaso estas no tengan el aislamiento que tenemos en las nuestras, pero por su aspecto exterior parecen más modernas y para una emergencia más rápidas de hacer pues en poco más de quince días pueden estar listas para habitarse.

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