sábado, 7 de marzo de 2009

GIJÓN













Según la programación un tanto rígida que tienen estos viajes, salimos de Palencia por la carretera de Carrión donde entramos en la autopista del camino de Santiago. Pasamos por Moratinos y sin tocar León, seguimos a Onzonilla y cogimos la autovía de Asturias.
Como la hora era propicia, sobre las once de la mañana, pudimos contemplar el gran puente de tirantes del pantano de Luna.















Para evitar pasar por el peligroso puerto de Pajares han excavado un largo túnel por debajo de la cordillera Cantábrica.
Nada más pasar este ya se aprecia el cambio de clima mesetario por el zumbido de los oídos, que desaparece al bajar de nivel y hacerte a la menor presión y clima suave del Cantábrico.
Disfrutando de la verde campiña asturiana llegamos al hotel Begoña de Gijón. La primera impresión que te da este hotel es que está diseñado a la moda antigua, con muchas alfombras, lámparas y muebles confortables.
Han querido adaptarle a los tiempos actuales, pero no han podido suprimir los distintos niveles de su estructura antigua, quedando los molestos banzos en muchas de las dependencias. Como las escaleras antiguas dejan poco hueco en su interior los ascensores que en ellas han montado resultan pequeños e insuficientes para el uso moderno.
El servicio del comedor no se hace por buffet sino a la antigua costumbre, que a unos gusta y a otros no. Tiene la ventaja y comodidad que te sirven a la mesa sin la manipulación un tanto excesiva del buffet. Pero al tener que servir por mesas completas, a veces hasta doce comensales, se hace más lento y no puedes disponer de la mayor cantidad y variedad de alimentos.
Por la tarde después de deshacer la maleta, salimos a dar una vuelta por Gijón. La impresión que teníamos de ser una ciudad anodina habitada por clases medias luego desaparece, pues te encuentras con grandes parques muy bien cuidados, avenidas amplias y modernas y edificios antiguos con ornamentación muy bien conservada.
Una tarde lluviosa hicimos una visita a la Universidad Laboral.

Da pena ver que el mejor centro de enseñanza laboral de los años cincuenta y sesenta esté en un estado de abandono vergonzoso. No es concebible que de todas las generaciones que allí se formaron con inigualable competencia, ocupando actualmente cargos de relevancia en todas las administraciones, no hagan algo por que se conserve esta institución que fue modelo en toda Europa.
La construcción del edificio da muestras de la ilusión y magnificencia con que el régimen de Franco lo apoyó y logró un conjunto arquitectónico que no he visto en ningún sitio, dentro de los construidos en su época.
Lo primero que te sorprende es su entrada con enormes columnas jónicas estilo Partenón de Atenas. El paraninfo con su altísimo cimborio y entrada de luz lateral se parece mucho a la catedral de San Pedro en Roma. La iglesia muy amplia y de buen estilo, no desentona con la grandeza de todo el conjunto de instalaciones docentes.
Nunca creí que la cobardía y desinterés de los políticos llegara a consentir el abandono de este singular monumento que, según los expertos, si no se toman las medidas urgentes está en peligro de ruina progresiva.
También nos gustó mucho el Jardín Botánico.
En un gran parque que fue propiedad de una familia adinerada, el municipio de Gijón ha instalado una soberbia muestra de muchas especies botánicas tanto arbóreas como ornamentales.
Por su misión didáctica, está dividido en conjuntos que muestran las plantas pertenecientes a una misma familia. En las cinco horas que empleamos, casi no tuvimos tiempo de recorrerlo en su totalidad, pero salimos satisfechos por las buenas explicaciones que nos dio nuestro guía.
Además de este, Gijón tiene otro parque muy extenso que llaman el de la Reina y muchas avenidas con frondosos árboles que hacen a esta ciudad muy acogedora.

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