sábado, 2 de mayo de 2009

REUNIÓN FAMILIAR















En las vacaciones de Semana Santa siempre hemos procurado reunir a toda nuestra familia, que ejercen sus profesiones en distintas partes de España.
En las vacaciones del 2009, para hacerlas más variadas y amenas, nos desplazamos a Medina de Rioseco que tiene una gran tradición su Semana Santa ostentando el calificativo de interés Nacional.
Nos reunimos para comer en el típico restaurante Pasos cuya solera se respira al entrar viendo una soberbia escalera de caracol, tallada en buena piedra caliza.












El amplio comedor decora su techo con fuertes vigas de roble donde se asienta una cúpula muy artística, que filtra tenuemente la luz exterior. La iluminación eléctrica denota un gusto especial.
A ambos lados de lo que podríamos llamar repisa o chimenea, lucen 13 pequeñas bombillas instaladas en un soporte triangular, muy parecido al que se usaba en las iglesias para el rito de las tinieblas.
Las sillas parecen ser de hierro macizo, por su extraordinario peso y la grifería de los servicios tiene un color parecido al bronce.
Con todos estos detalles el restaurante logra un ambiente antiguo, aunque en lo que concierne a la preparación de sus platos está a la última moda. Con un servicio eficiente quedamos satisfechos con el menú que previamente habíamos elegido.

EL CANAL DE CASTILLA














A las cuatro treinta habíamos concertado nuestras plazas en la barca, que hace el recorrido como atracción turística, por el cauce del Canal. Como final del tramo de Campos tiene una gran dársena, con almacenes contiguos donde se almacenaban las mercancías que se transportaban por el Canal.
Debido al paso del tiempo y al desuso, en su mayoría están en ruina. Sólo han arreglado parte de ellos que se emplean como sala de exposiciones y administración de los viajes de recreo por el Canal.
Durante una hora que duró el viaje, la guía nos fue explicando la ejecución de la gran obra que supuso su realización en el siglo XVIII, su pleno aprovechamiento y posterior declive hasta nuestros días.
El Canal de Castilla, situado en la meseta Norte de la Península Ibérica, comenzó a construirse en el año 1753 según idea del ingeniero francés Lamaur. Redacta el proyecto el ingeniero español Antonio de Ulloa que es aprobado por el Marqués de la Ensenada, en nombre del Rey.
El proyecto de la obra inicial constaba de cuatro tramos, dos de los cuales no llegaron a realizarse, como el de Valladolid Segovia y el de Campos a Santander, que se quedó en Alar del Rey.
Por desavenencias entre Antonio de Ulloa y el Marqués de la Ensenada las obras se paralizaron a finales de 1753. En 1759, después de arduas negociaciones, se reanudaron las obras, que acabaron el 12 de Diciembre de 1849 después de 96 años de trabajos. Se calcula que su presupuesto fue de ochenta y tres millones de reales, que en el siglo XVIII suponía una cantidad exorbitante de dinero.
Los tres ramales que componen su trazado, N. S. y Campos forman una figura que se parece a una y griega invertida, con una longitud total de 207 kilómetros.
Con sus 47 esclusas se salva un desnivel de 141metros. Cada kilómetro tiene un desnivel de 3,5 centímetros. Estos desniveles tan pequeños creo que pondrían a prueba la técnica de los ingenieros que tenían que recurrir a grandes curvas para mantener casi el nivel.
Esta pequeña cadencia era necesaria para facilitar el tránsito de las barcazas, que de cargadas iban en sentido ascendente hacia Alar del Rey, transitando por el lado derecho del Canal.
El funcionamiento de las esclusas servía para variar el nivel de los tramos. Sus compuertas quedaban cerradas en posición de ángulo obtuso, de cara a la corriente, para que su presión las cerrara casi herméticamente.
La cantidad de obras de fabrica que esta obra necesitaba era ingente. Citaré 64 puentes, 4 dársenas con sus correspondientes muelles, viaductos, sifones y obras de todo tipo.
En las 49 esclusas, para aprovechar el salto de caída se montaron fábricas de harina, batanes donde se “pisaban”las célebres mantas de Palencia, fraguas hidráulicas para trabajar los metales y centrales eléctricas que abastecían de fluido a toda esta zona de Campos.
Toda esta fuente de energía hidráulica está desaprovechada actualmente, más por esnobismo que porque no sea rentable. Los parques eólicos y las placas fotovoltaicas, tan de moda actualmente están condenados los primeros a los caprichos del viento y las segundas produciendo sólo durante el día. No creo que puedan competir con este recurso hidráulico desaprovechado, cuya aportación es permanente.
También se comenta que todas estas instalaciones del Canal sirvieron de escondite para muchas personas, en los primeros días del Alzamiento.
Aunque el agua del Canal a simple vista, parece que no se mueve, el caudal medio del agua transportada es de tres metros cúbicos por segundo que podría aumentarse para riego y abastecimiento de poblaciones si se añadieran los sobrantes de los ríos Carrión y Pisuerga en sus cabeceras.
Hacia el año 1935 todavía funcionaban las barcazas, como pude apreciar desde el tren, bajando con mi padre a Palencia.
Las mulas animales muy dóciles por naturaleza las tenían acostumbradas a seguir las órdenes del barquero. Enganchadas a la barca con un tiro largo, acaso de 15 o 20 metros, tiraban de la barca sin desmayo siguiendo la orilla por el sendero que se llamaba de sirga. El barquero dirigía la barca con el timón inclinado hacia el centro del Canal, para contrarrestar la deriva que el tiro de arrastre acercaba a la orilla.
En todas las esclusas había una casa donde vivía con su familia el esclusero, que ayudaba al barquero en todas las faenas de abrir o cerrar las compuertas para el cambio de nivel y cuidaba de la cuadra de las mulas que eran relevadas del tiro cada ciertos periodos.
Las dos orillas actuales del Canal, vistas desde la barca de recreo, están descuidadas. Los árboles plantados en la orilla cuando dejó de ser navegable están envejecidos por el tiempo, muchos puntisecos y otros caídos a la orilla del camino.
Como en el caso del aprovechamiento energético ya comentado, parece que en esta vida se impone siempre lo moderno. Así sucedió con la venida del ferrocarril, que devaluó grandemente el interés de este Canal, obra singular del siglo XVIII y fue motivo de orgullo de esta tierra de Campos por donde discurre.













LAS FÁBRICAS DE HARINA

Acaso el mayor logro del Canal fueron las más de treinta fábricas montadas en su orilla y que aprovechaban sus saltos de agua en las esclusas.

Visitamos una de las más representativas situada a orillas de la dársena de Medina de Rioseco, que junto a otras dos fabricas aprovechaban la caída de las aguas del Canal, hasta que llegaban a desaguar finalmente en el cauce del río Sequillo.
Admiro la visión de futuro que tuvieron nuestros antepasados para poner en práctica la técnica comercial del valor añadido, tantas veces comentada y muy poco empleada desgraciadamente en esta zona.
Juzgaron oportuno aprovechar las múltiples facetas que proporcionaba el Canal, el excelente trigo candeal, que siempre se produjo en abundancia en esta tierra de Campos, sería más lucrativo enviarlo a Hispanoamérica convertido en harina de inmejorable calidad.
Tampoco tuvieron escrúpulos en adoptar la moderna técnica de molturación con cilindros múltiples. Esta nueva técnica la propagaron los alemanes a la que al poco tiempo se sumaron los españoles, como se puede apreciar en esta fábrica donde las nuevas técnicas llevan la marca Española.
La antigua costumbre de moler el trigo de una sola pasada en una piedra de pedernal, fue superada por la de hacerlo en varias fases y extraer del trigo varios productos.
Partiendo de la fuerza motril que produce el agua al caer sobre una rueda de canjilones que se llama rodezno o turbina, su giro continuo se transmite por medio de unos engranajes a un eje principal donde van montadas las poleas que ponen en movimiento todo el conjunto.
El proceso empieza por una limpieza escrupulosa del trigo. Una máquina quita todas las piedras y demás materias que sean mayores que el tamaño del trigo. Luego pasa a otra que trabaja en sentido contrario, quitando las semillas menores.
Después de bien limpio, el trigo pasa a lo que pudiéramos llamar la ducha haciéndolo pasar por una fuerte corriente de agua que le quita el polvo y toda las sustancias adheridas, ablandando su piel y germen para separarlos del núcleo principal harinoso.
Con esta minuciosa preparación pasa al primer cilindro, cuya abertura es bastante amplia que sólo consigue aplastar el grano, consiguiendo que la piel del trigo quede en trozos grandes, de lo que está compuesto el “salvado gordo”
Este alimento era el más usado en la alimentación del ganado mular, sustituyendo a la cebada en los tiempos invernales o de poca actividad agrícola.
Debido a su concentración de proteínas, servía como medicina para curar las “listeras”, que eran heridas producidas en la boca del animal, por acumulación de las listas que tiene la cebada.
Como su uso se generalizó, escaseaba en el mercado y había que traerlo de fabricas lejanas que tuvieran existencias, incluso de las situadas a la orilla del Canal.
Después de este inciso, sigamos con el proceso de molienda. De este primer rodillo pasaba al segundo, cuya abertura era menor. Después de pasar por el cedazo salía el “salvado”fino, usado en la alimentación del ganado de cerda.
Después pasaba a un tercero, con menos abertura y salía la llamada tercerilla muy usada en la alimentación de aves. De este a un cuarto del que salía la “cuarta”que mezclado con harina se usaba en el pan de racionamiento.
Del quinto salía la “harinilla” de contextura muy suave y del sexto rodillo muy fino y cerrado salía la “flor de harina.”producto final de este proceso.
Esta harina se transportaba por el Canal hasta Alar del Rey, se llevaba en carros a Santander, desde donde salía en barco a nuestras naciones de Hispanoamérica, donde era muy apreciada por tener menos nivel económico que actualmente.
Cuentan las crónicas, que debido a los muchos días que llevaba la travesía, algunos envíos llegaban con un gusano que cría la harina, pero no era obstáculo para consumirla, una vez pasada por el cedazo.

LA CAPILLA SIXTINA DE CAMPOS
















Medina de Rioseco, además de todos estos elementos que os he hablado, posee una riqueza artística extraordinaria. Sus iglesias están dotadas de museos que encierran obras de arte muy valiosas. Pero como no teníamos tiempo de visitarlas todas centramos la atención en la principal de ellas que se llama Santa Maria de Mediavilla.
Al entrar en ella te da la sensación de estar en una catedral gótica, por sus livianas y altas columnas, que sostienen una bóveda nerviada primorosa. El retablo central, de madera policromada, está, en su remate, perfectamente ajustado a los huecos de la bóveda.
Nos llamó la atención que casi todas las losas de su pavimento contienen inscripciones, muchas de ellas borradas por el uso y el paso del tiempo.
Según fuese la aportación de la familia del finado, así era la extensión de la losa concedida, según se aprecia en el pavimento actual, que por su diversidad de tamaños resulta hasta atractivo.
Pero donde se aprecia todo el esplendor y magnificencia es en una capilla-mausoleo adosada a un lado de la iglesia que la llaman la capilla Sixtina de Campos, comparándola con la del Vaticano en Roma.
Fue construida a mediados del siglo XVI por Don Álvaro Benavente. Era hijo de padre mercader y madre de familia de rancia estirpe, e hizo fortuna en el oficio de banquero.
La capilla en si no tiene más que 28 pies en cuadro pero no hay un sólo centímetro cuadrado que no esté ocupado por relevantes trabajos en yeso de los hermanos Corral de Villalpando. Fue rehabilitada en el 2002 gracias al trabajo de 20 técnicos.
Además de los sepulcros donde descansan los componentes de la familia, sus paredes están ocupadas por alegorías de la Historia Sagrada y emblemas de los Evangelistas.
Como recuerdo destacable citaré un pasaje de la creación, fielmente representado en la bóveda, con el sueño de Adán para extraerle la costilla de la que salió Eva. El pecado de esta y la expulsión del Paraíso.
Siempre hemos visto representada la muerte con los huesos blancos y una guadaña, mas aquí la representan con una imagen insólita, la osamenta oscura y tocando una guitarra, con expresión de mofarse de los expulsados del Paraíso.















Disfrutando de un cálido atardecer de primavera, visitamos los hermosos parques que alegran esta ciudad, uno junto a la dársena y otro a orillas del río Sequillo.
Finalizamos así esta reunión familiar, satisfechos de haber pasado una tarde muy densa y variada

















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1 comentario:

Maripaz dijo...

Modesto, que guapos estais todos y que orgulloso se te ve ...

Ha sido para mí, un placer ver una foto de tu maravillosa familia

Un abrazo y mi cariño

MariPaz