sábado, 6 de marzo de 2010

SOLTEROS

Este grupo a mi parecer tienen un comportamiento muy diferente al de los casados o viudos. Como en general están en condiciones físicas envidiables, siempre se les ve inquietos, saliendo y entrando en el hotel o paseando a buen paso por las calles o paseos más concurridos, dando la impresión de que buscan algo que no encuentran.
En otras excursiones ya vimos algún caso que nos producía pena al verlos apostados a la salida del hotel tratando de ligar con alguna soltera de su edad o viudas de buen ver. Como también ellas andan a lo mismo los encontronazos y calabazas mutuas andan a la orden del día. Puede que alguno encuentre apaño para un tiempo vacacional. Aunque se han dado casos de surgir la convivencia posterior, en la mayoría de las veces, finalizadas las vacaciones, cada uno se va a su lugar,deseando llegue pronto una nueva ocasión.
Puestos a comunicarse son tan abiertos que te cuentan su vida con todo detalle. Una tarde saliendo de una reunión, nos acompañó, dando un largo paseo hasta el hotel, un chico que decía ser perito industrial. Al contarle que nosotros habíamos sido labradores y vivimos en upequeño pueblo, los recuerdos de su vida se le agolpaban en su mente recordando con nostalgia cuando de joven emigró con sus padres a Canadá.





Allí compraron una gran extensión de terreno que dedicaron al pastoreo de cabras, ganado este muy adaptado para aprovechar los brotes de muchas plantas autóctonas que allí está poblado el suelo de manera natural. Nos contaba que sus padres, naturales de un pueblo de Burgos, habían trabajado de lo lindo para sacar adelante a cuatro hermanos que eran.
De manera especial recordaba a su madre por lo luchadora que había sido siempre. Para mejor aprovechar la leche de las cabras siguió haciendo el queso de su tierra que encantaba a los canadiense. En cambio no les gusta comer la carne ensangrentada que toda res al sacrificar produce y solamente aprovechan la carne magra.
La inventiva materna ideó convertir la carne rechazada mezclándola con la de cerdo, que también criaban, en sabrosos salchichones y embutidos, que bien aderezado con especias se vendían muy bien.
La gran extensión de la finca requería tener cerca de dos mil cabras que soltaban a su libre albedrío no teniendo más cuidado que recogerlas al oscurecer.

Recordaba lo costoso que era el ordeño en que participaba su padre y todos los hermanos
. Se hacía al estilo antiguo de aquí, puchero en mano y aguantar muy buenas riñonadas.
Su padre añorando España quiso que todos sus hijos estudiaran en universidades españolas y sacaran la carrera en el idioma de sus mayores.
El mayor pero que ponía de vivir en Canadá es su temperatura muy fría durante todo el año, que se agudiza en el largo invierno que sufren estas zonas próximas al circulo polar . Durante su profesión ,que ejerció aquí, se enamoró de nuestro clima y al jubilarse no quiso reunirse con sus hermanos canadienses,disfrutando de su jubilación lo mejor que puede.
Excuso deciros que nos encantó con su amena charla que tantas similitudes tiene con nuestra vida.

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