sábado, 23 de octubre de 2010

NERJA, ALMUÑÉCAR Y FRIGILIANA


















N E R J A.

El principal interés de este enclave son sus renombradas cuevas, que fueron descubiertas por pura casualidad. Varios niños de Maro, pueblecito pegando a Nerja, jugando al escondite cayeron en un hoyo.Picados por la curiosidad siguieron todos avanzando por la cueva,hasta que encontraron el cadáver de un hombre.
Presos del pánico corrieron a casa y se lo contaron a sus padres que, de momento, no les hicieron caso. Se lo dijeron luego al maestro y al cura que ya empezaron a recorrerlas en sus comienzos, y nunca pensaron que tuvieran siete kilómetros de largo, lo que actualmente se ha explorado.
El cadáver encontrado demuestra que fueron habitadas por el hombre y sirvieron de lugar de enterramiento. También se encuentran algunas figuras rupestres pintadas en alguna de sus paredes.



















Cuatro años hace que visitamos estas cuevas y se nota que los muchos turistas que las visitan a diario han resecado el ambiente con su respiración y el calor de las luces, de tal manera que las gotas que antes caían del techo apenas caen ahora.
Estas grandes obras que la naturaleza perfiló a lo largo de los siglos con la ayuda del agua, que cayendo gota a gota formando las estalactitas y estalagmitas.
Con nuestras visitas hemos cortado su desarrollo natural, viéndose ya pocas puntas aguzadas por la gota de agua caliza que las formó. Al contrario, se ven muchas rotas pero el guía lo achacaba a que hace muchos años un movimiento sísmico hizo este recorte y también dicen que se derrumbaron grandes columnas, que yacen rotas en el fondo de las simas.

Al entrar en las cuevas de Valporquero (León) que también visitamos hace años se percibe un ambiente más húmedo y en cada punta de sus estalactitas brilla una gota de agua que sigue haciendo su labor. Muchas gotas caen sobre los visitantes que si no van provistos de un impermeable acaban calados. Este fenómeno no existe en Nerja donde cayeron sobre mí sólo una gota o dos. No hay duda que las de Valporquero, por haberse descubierto bastantes años después, están hoy mucho más naturales rezumando agua por sus paredes que cae al fondo formando corrientes, que fueron las que arrastraron la tierra arenosa a lo largo de los siglos, formando estas formidables cavidades.












En la sala más grande de las de Nerja, por su buena sonoridad, han montado como un anfiteatro, donde se dan conciertos de cantantes famosos como Monserrat Caballé y el gran guitarrista Paco de Lucía, siendo una atracción turística de primer orden.



A L M U Ñ É C A R.









Ese mismo día también visitamos esta bella ciudad donde destaca su parque botánico, con especies muy bien adaptadas de plantas exóticas,traídas de todas las partes del mundo. Raquel, aficionada a las plantas, disfrutó mucho y casi sin darnos cuenta fuimos a dar con un rincón muy coqueto que al fondo tiene un árbol cuyas flores llaman de trompeta, por su parecido con este instrumento musical.




















Como hace cuatro años saqué a Raquel una foto con el mismo fondo de árbol y banco que conservo en mi libro de viajes, me pareció interesante sacar otra en el mismo lugar, para apreciar la diferencia. No cabe duda que tanto la fotografiada como el fotógrafo han envejecido bastante. El banco sigue igual pero el árbol, como ser vivo, no tiene la lozanía ni el número de flores que el de antes.
Al pie de este parque se conserva en buen estado una factoría de salazones que se remonta al tiempo de los fenicios. En ella se producían salazones de pescado que se exportaban a diversos países. Es también importante el acuario de la fauna mediterránea. Ubicado en la plaza de Kuwait. En sus más de 2700 metros cuadrados se contempla la fauna marina del Mediterráneo.

F R I G I L I A N A.















Al mediodía estuvimos en este pequeño pueblo colgado en una ladera y muy cuidado por la afluencia de turistas, principalmente extranjeros.Suben hasta aquí para admirar un lugar tan escarpado cubierto de vegetación muy frondosa, que da a este pueblo un aspecto paradisíaco. Como contrapunto a tanta belleza también diré que las lentejas que nos dieron en el restaurante que comimos, eran de aquellas que dice el proverbio “lentejas, si las quieres las comes y si no las dejas”

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