sábado, 29 de noviembre de 2008

EXCURSIÓN A URUEÑA



Organizada por Escuelas Campesinas hicimos una visita a este bello pueblo, situado en un cerro pronunciado desde donde se divisa gran parte de la llanura de Tierra de Campos.
La orden de los Templarios, fundadora de este pueblo fortaleza, no pudo encontrar sitio más estratégico que este.
En los albores de la Reconquista esta zona estuvo castigada por las terribles incursiones de Almanzor y demás jefes árabes. Como represalia por los avances cristianos, destruyeron varias poblaciones importantes de esta zona, apoyándose siempre para su abastecimiento en la rapiña de todos los medios que necesitaban para sus campañas.
Con el régimen tan severo que esta orden practicaba, no cabe duda que los moradores de este pueblo sufrieron, como defensores, un desgaste brutal, como lo demuestran los muchos enterramientos masivos que se han encontrado recientemente.
Un buen restaurador y experto conocedor de la historia del pueblo nos decía que estaba edificado sobre los huesos de sus antiguos moradores.
Esta afirmación nos puede parecer exagerada, pero en aquellos tiempos en que los Templarios, con el apoyo de la Inquisición, mandaban más que los propios reyes, cualquier cosa podía estar dentro de lo posible.


Urueña se encuentra al borde mismo del páramo juntando en ella los dos contrastes que siempre han tenido campos y páramo.
Contiene el recinto amurallado que mejor se conserva en toda esta zona y uno de los cascos urbanos más genuinos.
Urueña modernamente se la llama Villa del libro de España con una exposición temática permanente. Estratégicamente colocadas por todo el pueblo existen once librerías, donde se encuentran toda clase de libros, de viejo, raros, descatalogados o de temática general.
Como apostilla del gran conocimiento del tema que tienen estos libreros, os diré que me sorprendió bastante, cuando al entrar en una de ellas El Alaraván, su dueño me identificó como autor del libro En la tierra de Campos (Memorias de un labrador) que desde aquí vende para todos los públicos.
Se lamentó que no le hubiera podido firmar los dos ejemplares que le quedaban, porque aquella misma mañana los había mandado a un cliente de Madrid.


En la casona de la Mayorazga se ubica el Centro Etnográfico Joaquín Díaz, con interesantes colecciones de instrumentos musicales tradicionales. Los tienen muy bien distribuidos por clases de instrumentos como las matracas y carracas tan castizas en nuestras Semana Santas. Toda clase de castañuelas y cachas tocadoras como las que usábamos en la niñez. Para que sonaran bien había que hacerlas de madera de haya que solo encontrábamos en las púas de los garios. Al ir a usarles en el verano se descubría la falta y algún coscorrón nos dieron nuestros padres por este motivo.
Saqué varias fotos una del instrumento de cuerda más variado que he visto.También había un gramófono de trompeta muy bien conservado, incluso copias de los cilindros grabados que invento Edison, precursores de aquellos y modernas gramolas.
Me llamó la atención una pianola de aire comprimido, donde se ve el cartón gravado con agujeros por donde sale el aire que produce las notas y que es producido por dos fuelles movidos por los pies.
También saqué otra foto del cilindro cableteado de un manubrio que según un pequeño desplazamiento lateral puede contener hasta doce canciones diferentes.
Todavía recuerdo lo pesados que eran estos aparatos para sacarlos al baile a brazo en la era de mi pueblo.


Anejo a este centro se sitúa el museo de las campanas único en su género, por tener muchas campanas traspasadas por bala durante la guerra civil y detalles muy logrados de las técnicas de su fundido y composición adecuada de sus componentes para lograr el sonido deseado.
Esta colección ha sido cedida por el celebre fundidor de Saldaña Manuel Quintana, que tiene esta actividad documentada desde el año 1637.
También nos gustó una exposición de trajes regionales de hombre y mujer de las nueve provincias que integran Castilla y León, tanto de faena como de fiesta. Exponen de modo permanente cien de ellos, que se van turnando entre los cerca de mil que tiene la Fundación.
La biblioteca pone a disposición de los estudiosos más de 17000 títulos, entre los que destacan los de trasmisión oral como cancioneros, romanceros, cuentos, leyendas, refranes, dichos, adivinanzas, trabalenguas y literatura popular que contienen un variadísimo repertorio sobre muchos oficios.
La Fonoteca y Videoteca recogen más de 14000 soportes sonoros y 500 vídeos etnográficos y comerciales.
En este pequeño pueblo ha reunido La Junta multitud de temas culturales muy variados y ordenadamente expuestos.
Por la tarde visitamos Medina de Rioseco que tuvo un pasado importante, pues en ella tenía su feudo la rica familia de los Almirantes de Castilla. Para preciarse de tales salían al mar por Santander donde tenían sus palacios junto al Cantábrico.
El casco antiguo histórico, con museos e iglesias muy notables, atestiguan su importante pasado. Actualmente quieren vivir de él cobrando por visitar sus iglesias, cosa que cada vez desagrada al turista y esta cayendo en desuso.
Para explotar los recursos del Canal de Castilla ofertan en su próxima rivera senderismo, paseos en barco, piragüismo y pesca.
Por la premura del tiempo no pudimos visitar la antigua fabrica de harinas San Antonio, una de las muchas que había en todo el canal para aprovechar la fuerza hidráulica que proporcionaban sus desniveles.
Me hubiera gustado recordar el completo utillaje que tenían estas antiguas reliquias, para transformar el buen trigo candeal producido en esta zona, en preciada harina que se exportaba a Hispanoamérica.
Con un tiempo lluvioso que nos acompañó, finalizamos esta interesante excursión.

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