sábado, 21 de noviembre de 2009

VISITA A LA ARGENTINA
















El pasado día 5 de Noviembre, organizado por El Club de los 60, salimos en dos autocares un grupo de jubilados de Castilla León, para tomar el avión en la T-4 de Barajas.
Según me facilitó una azafata de vuelo, el avión que nos llevó hasta Buenos Aires fue un modelo de Iberia Airbus 340/600 que llevaba 352 pasajeros a 34000 pies de altura y una velocidad media de 900 km/ hora.
Recorrió los 10.000 km/ aproximados que separan Madrid de Buenos Aires por una ruta casi recta, pasando más o menos sobre Sevilla, bordeando la costa africana, Tánger, Casa Blanca, Sahara, Las Canarias y Dakar, desde donde dio el salto sobre el Atlántico y el Ecuador y siguiendo la ruta ya sobre suelo de Brasil pasando por Belo Horizonte, Río de Janeiro, Sao Paulo, Puerto Alegre y ya en Uruguay Montevideo, aterrizando sin novedad en el aeropuerto internacional de Buenos Aires.
Para que estas 12 horas de vuelo fuesen más llevaderas Iberia sirvió un variado catering en cena y desayuno, amén de tener a dos personas toda la noche atendiendo al que no podia dormir ofreciéndole un refresco o sandwich.
Los trámites de identificación en aduanas y entrega de maletas resultaron muy engorrosos por las retorcidas y largas colas que tiene que aguantar la gente para hacer cada uno de los trámites.








Buenos Aires tiene una superficie de 202 km². Es la capital de la República Argentina, donde se concentra la mayoría de su población. Su área metropolitana ronda los 3.000.000 de habitantes, pero si incluimos al gran Buenos Aires llega a los 10.000.000, siendo una de las 10 urbes más pobladas del planeta.















Buenos Aires fue fundada dos veces. En 1536 El Adelantado Pedro de Mendoza formó un pequeño núcleo que tuvo que abandonar ante el ataque de los indios Carandies dejando abandonadas los pocos caballos y vacas que le quedaban.


















Nuestra excelente guía local, Graciela poseedora de mucho bagaje histórico y facilidad de palabra, al terminar este pasaje añadió el que consideraba el primer manifiesto femenino práctico. Nos contó como una pocas mujeres que acompañaban esta fracasada expedición supieron ayudar a mantener a este hambriento grupo, empleando como viandas a cuantos bichos encontraban en la selva, como ratas, serpientes y hasta cocieron el cuero para poder salva a la mayoría del grupo en que se llegó a practicar el canibalismo.




Cuando pasados 50 años llega el repoblador Juan de Garay las pocas reses abandonadas, con el excelente pasto de La Pampa se multiplicaron espontáneamente llenando bastas regiones.











Tanto Pedro de Mendoza como Juan de Garay pusieron nombre a la ciudad con advocaciones Marianas que terminaba siempre con el calificativo de Buenos Aires nombre actual de la ciudad.
La ciudad tuvo su nacimiento en el rollo de la plaza de España rodeada entonces de la espesura de su fértil campiña.
En 1806 y 1807 Buenos Aires sufrió la invasión de las tropas inglesas, pero fueron expulsadas por una incipiente y heroica milicia popular. Este acto motivó a sus habitantes a nombrar sus propios representantes declarando en 1824 a Bernardino Rivadavia primer presidente de la República Argentina.
Buenos Aires tiene muchos barrios y el trazado de sus calles y avenidas es en cuadricula orientadas de Este a Oeste y de Norte a Sur.
El punto más céntrico es la plaza del Cid Campeador donde empieza el barrio del Caballito. Otro barrio muy típico es el de Boca. Nos contó nuestra guía que fue formado mayoritariamente por emigrantes italianos que quisieron formar su república.
Cuando llegaban al pequeño puerto se instalaban como podían en pequeños apartamentos habitados por catorce o más personas. La necesidad de la cama caliente donde dormían varias personas también se empleó aquí con profusión.
Triste destino el del emigrante, que antes como ahora, siempre le toca pechar con las más difíciles condiciones de vida.







Pero haciendo gala de humor inquebrantable se formó la ruta peatonal Del Caminito, que es quizá la estampa más conocida de Buenos Aires. En él se concentran numerosas cantinas que ofrecen platos italianos y espectáculos espontáneos de tango callejero.

La fachada de muchas casas de este barrio está pintada con lo que sobraba de la que utilizaban para pintar y reparar los barcos.
Los italianos quisieron formar solos una república pero no cuajó.

Raquel se hizo una foto con un mimo muy simpático. También existen en esta calle vendedores ambulantes de los más diversos objetos, todo dentro de un bullicio y alegría desbordantes, a pesar que los signos externos no demuestran mucha bonanza económica.









No puede faltar la visita al campo de fútbol del club atlético Boca Juniors, que llaman la Bombonera. Con su pasión desmedida por el fútbol tienen en la fachada del estadio unos medallones con las caras de los jugadores más celebres del club, presididos naturalmente por Maradona.
Dicen que ver en la Bombonera un partido de fútbol entre el Boca Juniors y su eterno rival El River Plate es el espectáculo mayor que se puede ver aquí.
El barrio de San Telmo es el que muestra las raíces más profundas de Buenos Aires. Contiene el Museo Histórico Nacional, que entre sus cuatro mil piezas se encuentra el sable del general José de San Martín.
También está en este barrio la plaza Dorrego donde se celebra los domingos una gran feria de antigüedades. También sirve de escenario de varias conmemoraciones históricas.
En este barrio están los bares que llaman milongas donde se baila el tango más tradicional y popular.

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