viernes, 5 de febrero de 2010

DEDICADO A "ZANA"



















P
or encargo de mi esposa

y por ella dedicado
a la gran mujer que lleva
el simple nombre de Zana.

Prudenciana la pusieron
en el bautismo a la usanza
que si tuvo otras virtudes
en prudencia, muy sobrada.

Su vida no ha sido fácil
pues aunque pronto casó,
en desgraciado accidente
a su marido perdió.

El hijo del matrimonio
que crió con mucho esmero
otro fatal accidente
la dejó sin él de nuevo.

Todos estos sinsabores
no domaron su carácter
y con nuevo matrimonio
supo salir adelante.

Como premio a su constancia
dos hijos también tuvieron
y su presencia alegró
todos los malos recuerdos.

Como herencia de su madre
fue una excelente artesana
pues sus dulces y rosquillas
de mucha fama gozaban.

Con mucho valor y aplomo
viuda está en este momento
esperando la visita
de sus hijos y sus nietos.



A los nuevos matrimonios
les puede servir de ejemplo
pues aunque mucho ha cambiado
lo esencial es el afecto.

Como la vida de Zana

otros casos contaría
de mujeres laboriosas
y de importante valía.

No hay clínica ni hospital
que funcione bien sin ellas;
primordial en su trabajo
como médicos o enfermeras

Tampoco en el Ejército
les ponen ningún reparo:
pueden llegar a general,
jefe, oficial o soldado.

Aunque mande mucho fuera
se la olvida pronto en casa
y atiende a su familia
como cualquier ciudadana.

En la enseñanza también
puede ser la gran experta
de ministra o directora
y de inspectora o maestra.

En toda profesión u oficio
demuestran su competencia:
que los hombres no coartemos
con nuestra opinión y fuerza.

Siempre ha habido y habrá
mujeres que como Zana
merezcan nuestro respeto
¡recia mujer castellana!





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