PACHI, EL PEREGRINO Y OTRAS HISTORIAS JACOBEAS

El siguiente caso tuvo una resonancia mayor a nivel de pueblo, pues
todos estuvimos concernidos y alcanzó eco en los pueblos cercanos.
Todos los años por San Isidro, después de la misa, se celebra la
fiesta con un refresco, que, si el tiempo acompaña, se hace en la
plaza.
Como una deferencia y solidaridad con los peregrinos que
normalmente pasan a esas horas, se invita a todos a participar en el
refresco, con lo que reanudan el camino un poco restablecidos.
Un año después, esto que en sí nadie lo había dado la menor
importancia, a la misma hora que estábamos reunidos, se nos presentó
bajando de un coche un hombre correctamente vestido, con un acento
ligeramente vasco, que nos saludó a todos. Al principio nadie
reconoció en él a un peregrino normal que pasa con su indumentaria
apropiada al camino.















Sólo cuando se presentó como Pachi de Irún,
peregrino el año anterior y participante en el refresco, pudimos
reconocerle.
Nos contó que había estado pensando todo el año como agradecernos la
atención que habíamos tenido con él y no había encontrado otra mejor
que reunirse con nosotros y celebrarlo con una buena tarta para todo
el pueblo y una caja de botellas de champán que traía en su coche.
Grande fue la alegría y sorpresa que recibimos al comprobar que de
los muchos peregrinos que se invitan hubiera uno tan agradecido y se
acordara de este pueblo tan pequeño.
Como no podía ser menos la fiesta de San Isidro tuvo este aliciente
novedoso y tratamos todos de que la estancia de Pachi en el pueblo
fuera lo más agradable posible, invitándole en las bodegas, en las que
él no había estado y cuyo ambiente le gustó mucho.















En justa reciprocidad a su largueza, le hicimos regalos que le
fueron novedosos, unas botellas de vino de cosecha, embotellado en las
bodegas, otros productos naturales del pueblo como queso y miel y
Raquel le preparó un cestillo de fresas que, con todo el esmero,
recogió en la huerta.
Acaso por este detalle femenino, su mujer cuando llegó con los
regalos su marido, la parecieron estupendos y muy originales,
mostrando su sincero agradecimiento por teléfono.
Con objeto de ahondar la amistad con este buen hombre, tan cordial y
tratable, intenté que su mujer me diera su número de teléfono para
poder invitarle oportunamente a la fiesta del pueblo, pero no hubo
manera humana de lograrlo.
Por una familia del pueblo que reside en Irún, se intentó contactar
con él y la guía telefónica no nos servía de nada, pues Pachis en Irún
debe de haber muchísimos.
Según opinión de esta familia conocedora del ambiente vasco, este
señor como vasco de buenos sentimientos quiso demostrárnoslos y a fe
que lo consiguió. Pensamos pudiera darse el caso de que tuviera algún
cargo político y no le conviniera dar publicidad a este detalle que
tuvo con nosotros.

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Un domingo por la mañana, una pareja de peregrinos ya mayores como
tantos otros, se dispusieron a oír la santa misa en nuestra compañía.
Mediada la misa el hombre se sintió indispuesto y su mujer trataba de
calmarle con pastillas que traían preparadas para el caso. Aguantó mal
hasta el final de la misa y a la salida la esposa nos dijo, que se
trataba de una fuerte caída de tensión y que necesitaba una bebida
rica en alcohol. Raquel invitó a la esposa a venir a casa y buscar lo
que más la conviniera. Descorchando una botella para que no hubiera
perdido graduación, llenaron un vaso que, tomado por el paciente,
contribuyó a que se normalizara su tensión, que comprobaron después en
el ambulatorio de Sahagún.
Satisfechos por la resolución feliz del caso no nos volvimos a
acordar más. En la siguiente temporada de peregrinaje se presentaron
en casa la pareja de peregrinos, para agradecernos con una botella de
vino generoso la deferencia que habíamos tenido con ellos el año
antes.
En esta ocasión hicieron el camino en coche, pues se trata de un
matrimonio entrado en años. El se llama Luis, de 78 años. Ella
Jacqueline, con pocos menos y admiro la resistencia física que sacan
de no sé donde, para afrontar una prueba tan difícil.















Este matrimonio que vive en Huesca, forman una pareja muy
compenetrada, muy sinceros y tratables como buenos aragoneses y con
unas convicciones morales a prueba de bomba. Como muestra basta
deciros que el año que lo hicieron en coche, contaban que cuando
llegaron a casa de regreso, se sintieron vacíos y nada satisfechos por
haberlo hecho sin los sudores y privaciones que supone hacerlo a pie.
Sin tener en cuenta su avanzada edad al año siguiente, nada más
levantarnos recibimos su nueva visita y dando muestras de su
delicadeza nos dijeron que habían estado esperando un buen rato a la
puerta, no llamando hasta que nos oyeron levantar.
En el tiempo de calor es habitual verles pasar mucho antes de
amanecer, para aprovechar el frescor de la mañana.
Se siente uno como un comodón viendo pasar a tanta gente movidos por
diferentes causas pero unidos en anhelo común que tratan de cumplir
sin la ayuda de nadie, pues muy mal se tienen que sentir para aceptar
que les lleves unos kilómetros en tu vehículo.
Después de desayunar, nuestros amigos aragoneses tuvieron un rato de
descanso, charlando de muchas cosas con una cultura muy apreciable que
tienen, agradándoles mucho el poema que les había hecho con motivo de
su segunda visita.
En su última felicitación de Navidad, que nos intercambiamos todos
los años, se quejaba Luis que la masificación del turismo entorpecía
bastante al buen peregrino, como a él, que le gusta hacerlo con la
debida concentración.
Como buen amante de la poesía, me ha impuesto la agradable
obligación de mandarle las felicitaciones en verso, como la última,
que dice así :

El turismo desmedido
al buen peregrino estorba
y no pueden entender
la grandeza de su obra.

El honor inmerecido
que de padres nos hacéis
sabremos hacerle honor
cuando por aquí paséis .

Luis y esposa peregrinos,
a Moratinos llegaron
un domingo de mañana
y a la misa se quedaron.

Durante la ceremonia,
ya en plena celebración
y sin causa aparente
a Luis le cae la tensión

Como ya sabe el remedio
pronto mi esposa le da
un poquito de bebida
y enseguida cede el mal.

El peregrino es tan noble
que lo poco que le damos
lo devuelve generoso
como el vino del regalo

Que el peregrino es honrado
nos lo demuestran de sobra.
Ayer lo hizo el buen Pachi
y Luis lo repite ahora

Matrimonio peregrino
gente noble de Aragón
por vuestro agradecimiento
tenéis nuestra admiración.

Si antes dos reyes juntaron
Castilla con Aragón
como españoles debemos
fomentar siempre la unión.

Estas acciones demuestran
que en todo tiempo y lugar
debemos ser generosos
y la amistad fomentar

Si por cualquier circunstancia
pasaráis por Moratinos
aquí tenéis vuestra casa
y a los demás convecinos.


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Hablé también con un militar retirado que por su atuendo denotaba a
las claras su profesión. Calzaba botas altas de campaña muy
deterioradas por los muchos años que habían pasado desde que se las
cambiaron en el repuesto militar. El mismo defecto tenían los
pantalones cuajados de bolsos, la mayoría inútiles, a lo largo de sus
perneras.
En la guerrera, amplia y bien abrochada se habían cambiado los
emblemas de graduación por las conchas y demás signos de Santiago.
Cubría su cabeza, donde reñían cuatro pelos blancos, con un sombrero
de explorador de alas caídas por el uso y la ingente cantidad de esos
inventos modernos de metal que no se como se llaman.
Como en el sombrero ya no quedaba superficie útil, también los
llevaba repartidos por la guerrera y con los reflejos del sol parecía
una joyería andante.
Su carácter concordaba con su aspecto exterior, militar a
machamartillo de los de antes. Todo en su vida estaba supeditado al
orden y a la disciplina y hasta los demás peregrinos le parecían
banales y sin mérito alguno. Arrimando el ascua a su sardina, decía
que los caballeros de la orden de Santiago habían sido los mejores
militares de su época y su intervención decisiva en la guerra de la
Reconquista.




















Dichoso embrujo tiene este camino donde todo el mundo se siente
orgulloso de lo que ha hecho en su vida y procura hacerlo notar a los
demás, sin que esto sirva del más mínimo roce ni discusión, pues en
los muchos años que he visto pasar peregrinos nunca he apreciado la
más pequeña rencilla entre ellos, al contrario de la vida real, que
por el más pequeño detalle montamos el cirio.

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Además de la inglesa que he narrado, pasan de todas las
nacionalidades tanto europeas como hispanoamericanos. Estos por su
afinidad de carácter e idioma son mas dados al diálogo.
En una calurosa mañana de Agosto, pasaba un brasileño cansado de
estar solo y de la larga caminata, que no dudó en sentarse un rato
conmigo bajo la benéfica sombra de un árbol. Entablando un espontáneo
diálogo, me contó que eran una familia de cuatro hermanos muy devotos
de Santiago, cuya madre había sanado de una reciente enfermedad con la
ayuda del Apóstol.
Como su situación económica no era muy boyante determinaron echar a
suertes entre los hermanos y le había tocado a él. Como los gastos de
avión, desplazamiento a Roncesvalles, mantenimiento y demás gastos son
cuantiosos, los otros tres hermanos contribuían a partes iguales en la
realización del viaje, sintiéndose muy honrado por su buena surte.
Como todo en esta vida es relativo y siempre lo adaptamos a nuestro
gusto y ambiente, a este buen peregrino le encantaban estas etapas por
terrenos llanos, como la que acababa de hacer de Carrión a Calzadilla,
que para otros es un sacrificio por la aridez y monotonía del paisaje.
Esto se debía a que le recordaba el paisaje de la zona brasileña en
que vivía, mucho más llana y extensa que esta, donde la vista se
pierde en la lejanía, el Oriente toca con el cielo y el espíritu se
agranda con el espacio. Se alegró mucho cuando le dije que de estas
etapas aún le quedaban varias por los páramos leoneses y alguna ya en
Galicia.
Además de este gusto tan particular, le extrañaba ver como aquí
cultivábamos el más mínimo rincón, haciendo un vergel en el pequeño
espacio de los huertos familiares, tan corrientes y numerosos en esta
zona.
En cambio en Brasil donde las extensiones de terrenos son enormes,
cultivan lo más productivo, sin importarles dejar grandes zonas que
también podrían ser labradas.
Por esto creo se llama a este el Viejo Continente donde la tierra
esta súper explotada desde las más antiguas generaciones. Se llama el
nuevo por tener poca población, si la comparamos con Europa y grandes
extensiones de terreno todavía vírgenes, donde podía aumentar el nivel
de población y bienestar, a poco que sus gobernantes se molestaran y
se acabara la corrupción galopante que sufren estos países hermanos.
No quiero hacerme pesado contando más de peregrinos. Con lo expuesto
espero haber contribuido en muy pequeña parte a entender este complejo
mundo, del que soy espectador privilegiado, proporcionándome muchas
sorpresas agradables, como contrapunto a la monotonía de estos
pueblos.


Dedico este primer poema en versos dodecasílabos a todos los peregrinos.

Peregrino andante que a mi puerta llegas
y con ello logras promover culturas
si en aquellos tiempos juntaste naciones
en estos te pido juntes “las Españas”

Peregrino fuerte que todo lo aguantas
con toda la fuerza que tu sólo llevas
con calor y frío, agua, viento y nieblas
si te lo mandaran tal vez no lo hicieras


Peregrino andante que todo lo juzgas
con ojos curiosos que todo lo miran
sacando partido de cosas sencillas
y que aquí no vemos como se debieran

Las bodegas que hay muy cerca del camino
por parecer cuevas a todos preguntas
y con mala intención algunos se piensan
que estamos en tiempos de los trogloditas.