LOS JUDÍOS

Alguna razón debe existir para que este pueblo en todo tiempo y lugar haya sufrido el rechazo secular de todo el mundo y no lograran adaptarse a ninguna civilización.
Concretándome a los judíos de América, la situación privilegiada
que ahora tienen no la consiguieron por un camino de rosas. Los
primeros emigrantes sufrieron toda clase de discriminaciones, como no
poder acceder a ningún cargo público, pagar impuestos cuantiosos por
sus negocios y no poder practicar su religión libremente.
Nadie pone en duda su extraordinaria agudeza para los negocios
conseguidos algunas veces por procedimientos un tanto oscuros. Según
opinión de varios autores, sus principios económicos en Norte América
tuvieron un origen mafioso con empresas de cine semiclandestino,
siendo los primeros en explotar el inmenso filón del cine porno.

Aunque me costó encontrar algo bueno a su favor, lo hallé en la
novela El Alquimista Impaciente, donde el autor comenta que tenían la
buena costumbre de educar a sus hijos en todas las ciencias, pero
también les enseñaban a trabajar con las manos, considerándolo
primordial para convertirlos en hombres de provecho.
Este gran potencial económico, que en otras naciones pobres ha
sido la causa de su expulsión, en Norte América queda contrastado por
el gran auge de su economía. A pesar de esto, el lobby judío es visto
con recelo por amplios sectores de la sociedad americana.
Desde el año setenta de nuestra era, con ocasión de la
destrucción del templo de Jerusalén por Nabucodonosor, comenzó la
diáspora de este pueblo extendiéndose por todas las naciones del
mundo.

En España ocuparon muchas capitales y pueblos grandes, viviendo
siempre en juderías apartados del contacto con los demás habitantes,fomentando más el rechazo que siempre tuvieron.
En los tiempos de los Reyes Católicos se les aguantó por su gran
ayuda financiera para terminar la Reconquista, pero una vez terminada
con la toma de Granada, Fernando el Católico, que según los
historiadores era un gran político, decreto su expulsión en parte
para verse libre de los grandes intereses que su deuda le producía, y
en parte por eliminar la merma de autoridad que le ocasionaba su gran
poder económico.
La Reina Isabel también ayudo a la expulsión con su afán de unificar las religiones, una vez acabada la Reconquista.

Pretendiendo ser imparcial también apunto que es comentado entre
los historiadores, que si no hubieran sido expulsados de España
habríamos tenido más cultura, espíritu comercial para los negocios y
más laboriosidad, virtudes todas que innegablemente ellos tuvieron.
Como apoyo a lo antes expuesto, quiero expresar lo que me contó
un oriundo de Paredes de Nava. Con la moda que existió algunos años de
hacer árboles genealógicos, los jóvenes estudiantes de este pueblo se
encontraron que los apellidos de las generaciones que coincidieron con
la expulsión, se interrumpen bruscamente. Estudiando a fondo este
fenómeno se ha llegado a la conclusión de que en este pueblo hubo
muchos judíos conversos, que para no ser identificados se cambiaron
sus nombres y apellidos por otros más corrientes en esta zona.
Apreciando actualmente el carácter de este pueblo se nota su afán por
el trato, gran laboriosidad y un movimiento expansivo por toda esta
comarca. Con sus hábitos se les diferencia de los demás, hasta en la
entonación de su manera de hablar.