sábado, 16 de enero de 2010

RECORDANDO A VILLACRECES
















Leyendo en el periódico "Carrión" del pasado día 30 de Enero la entrevista que hicieron a Maribel Casas Cortés, activista y profesoraen la universidad de Carolina del Norte(E.E.U.U) quedé gratamente sorprendido de que una joven palentina, con un bagaje de estudios y experiencias a nivel internacional contestara, en la sección Personalísimo a la pregunta: ¿De Palencia, no aguanta? La indiferencia ante la despoblación.
Gran respeto y admiración merece esta joven por su sinceridad, no exenta de valentía, al expresar su opinión sobre el problema más grave que tenemos en esta zona y no hacemos lo suficiente por remediarlo antes de que sea demasiado tarde.
Como revulsivo a esta fatal indiferencia que nos invade, quisiera recordar el caso del desaparecido pueblo de Villacreces.
Este pueblo, cercano a Villada, aunque perteneciente a la provinciade Valladolid, es un claro ejemplo de lo que, en breve, serán muchos pueblos de esta zona. En las dos veces que lo he visitado sentí un cúmulo de emociones,difícil de explicar con palabras, al contemplar un pueblo, que en la década de los cincuenta era uno de los más prósperos de este contorno,convertido en ruinas, expoliado por toda clase de gentes, que se han llevado las tejas, ventanas, puertas y todo el material servible. En el colmo de la rapiña han desmontado la iglesia ladrillo a ladrillo, llevándolos por su valor antiguo.
La última vez que allí estuve, quedé estupefacto al observar que el cementerio, que hasta entonces habían respetado, estaba completamente profanado, sus tapias derruidas, los panteones saqueados y sus lápidas hechas añicos. Los huesos, que no aparecen por parte alguna, no sé si los llevaron estos desalmados, o alguna persona piadosa los recogió y puso en algún sitio digno.
En estos tiempos en los que se llevan tanto las excursiones a lugares desconocidos sería muy provechoso, se organizara algún viaje incluso en autobús, pues el camino hasta el pueblo se conserva en relativo buen uso, para que tanto gobernantes como gobernados nos miráramos en este espejo y recordar sobre estas ruinas el triste final que aguarda a muchos pueblos en esta zona de Campos.
Permitidme que acabe esta carta abierta con algo positivo, trascribiendo un párrafo publicado en la revista diocesana Sementera(Enero de 2004) por un joven responsable cuya firma es Jairo de Cisneros y dice así:
“Contra esta mentalidad quiero luchar. Estoy cansado de que me digan que no se puede hacer nada para cambiar mi pueblo y la sociedad en que vivimos. Quedan muchos caminos. Hay que romper muchas barreras. Lo difícil se hace; lo imposible se intenta. El futuro se construye desde el presente y juntos podemos ser protagonistas de nuestra vida.




Un pueblo de Valladolid,
Villacreces se llamaba.
Hará ya cincuenta años

que este lugar visitaba.


Para comprar par de mulas
en la prensa anunciadas
por los buenos labradores
que en este pueblo habitaban.


Cinco rebaños de ovejas
sus buenos campos pastaban
con el celo de sus dueños
mucha producción les daban.


Para completar el ciclo
un buen queso elaboraban
y en el mercado de Sahagún
de mucha fama gozaba.




Mas estos buenos recuerdos
se convirtieron en nada
al ver todas sus viviendas
por el suelo derrumbadas.


Tristeza da ver que muchos
la circunstancia aprovechan
y como aves de rapiña
a su casa todo lo llevan.


Desmontando uno a uno
los ladrillos de la iglesia
se llevan a las ciudades
que su calidad aprecian.


Los fundadores del pueblo
con mucho esfuerzo y unión
bella torre levantaron,
envidia de la región.


Sólo queda en pie la torre
como orgullo de este pueblo
y en cementerio olvidado
descansan en paz sus muertos.


En mi primera visita
a este pueblo abandonado
creí que respetarían
al menos su camposanto.


Mas en la segunda, aprecio
que sus tapias han tirado
y los cuatro panteones
hechos añicos quedaron.


Entre restos de sus piedras
tablas de cajas se encuentran
mas los huesos que contuvo
fueron objeto de venta.

Dicen que los elefantes
respetan mucho a sus huesos
peor que animales somos
si no respetan los nuestros.


Sus vecinos con esmero
que estas tierras bien cuidaron
no podrán ser su reposo
pues sus tumbas profanaron.


Honda pena me conmueve
ver que pronto llegue el día
que se conviertan en ruinas
muchos pueblos de Castilla.

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